Jueves 12 de Junio de 2014
Dice que sólo está dispuesta a mantener una relación con alguien que acepte su obsesión por la gatita japonesa, de lo contrario, prefiere vivir sola en un departamento repleto accesorios de Hello Kitty.
Joyas, muebles, vajilla, ropa, cortinas y universo enloquecedor de cuatro mil peluches repetidos de Kitty en cientos de modelos, tamaños y materiales. Puro merchandising convertido en patología.
Natasha Goldsmith tiene 29 años y, al menos, en las fotos no parece que esté de atar. Trabaja como entrenadora de caballos y cuenta que se obsesionó con el personaje de adolescente y que en estos últimos quince años no hizo otra cosa que adquirir la delirante suma de diez mil artículos con la cara de la mascota.
Al parecer, la colección que suma un valor de alrededor de cincuenta mil dólares y su omnipresencia en cada uno de los ambientes de su casa, son los factores que Natasha identifica como obstáculos para encontrar un hombre que la quiera. Al menos, es conciente.