entre En un año 2020 de escasa actividad deportiva para el taekwondo itf, el santotomesino Bruno Bianchi sabe que debe estar preparado y no frena, pese a las complicaciones lógicas por la pandemia del coronavirus. Radicado hace varios años en Buenos Aires, donde dio el salto de calidad hacia la elite, hizo un balance general de su carrera, contó sus nuevo objetivos y, por si fuera poco, explicó cómo cambió su vida ser padre.
Bruno Bianchi, entre los mejores del taekwondo itf nacional
En diálogo con el sitio santotodigital, Bruno Bianchi habló de sus comienzos: “Nací en Santo Tomé, donde viví hasta los 23 años, así que estoy muy arraigado a la ciudad. Mis comienzos fueron en el Club Unión de Santo Tomé. Empecé a los 4 años con taekwondo, porque tanto mi mamá como mi papá son instructores, hoy maestros de taekwondo, y daban clases todo el día: vivíamos de eso. Fue un paso lógico que me llevaran a todas sus clases y yo de tanto ver me mandé a probar. No recuerdo mi vida sin practicar taekwondo, al igual que mis hermanos”.
“Complementábamos nuestro entrenamiento con algunas clases que se daban en la ciudad de Santa Fe, pero mi vida y mis inicios competitivos los hice viviendo en Santo Tomé, representando a la ciudad. Llegué a Buenos Aires, luego de mucho sacrificio, mientras estaba en la selección desde 2011, año en que había ganado el Sudamericano de Chile. Previamente, había hecho un esfuerzo económico grande ya que al principio yo me bancaba los pasajes, debido a que se entrenaba todos los fines de semana y prácticamente vivía en Buenos Aires. Así estuve dos o tres meses, hasta que después el Gobierno de la Provincia Santa Fe brindó unos vouchers para viajar y me ayudaron a terminar la preparación”, expuso.
Pero el relato fue más allá: “En el 2012, junto con mi hermano mayor viajábamos en auto, con mucho gasto de nuestra parte, y con él quedamos en la Selección. En el 2013, que se venía el Mundial en España, las cuentas ya no daban, y tomé la decisión de dejar el trabajo y la facultad para mudarme a Ciudad de Buenos Aires, lugar que hoy comparto con mi mujer y madre de mis hijos. En esta ciudad está el polo deportivo y es donde está el movimiento, la información llega de otra forma, el entrenamiento es un poco más exigente. Al principio, mi entrenador fue mi papá, después pasé con el maestro Pini, con quien estoy ahora, que fue el técnico de la Selección en su momento”, compartió Bruno Bianchi.
Un 2020 que requirió de templanza
“En enero del año pasado habíamos empezado con muchas ganas, con la preparación física, con una nutricionista, como todos los años, pero pude ir solamente al torneo de verano que se hizo en febrero en Gualeguaychú; y allí obtuvimos buenos resultados. Después se cortó todo; no obstante, seguí con la preparación física desde mi casa en Buenos Aires, dando clases de mi escuela de Taekwondo ITF por zoom, entrenábamos porque no sabíamos cuando se iba a liberar. En lo personal, hubo un par de competencias virtuales en las que participé, saliendo primera en las dos”, expresó.
En este sentido, Bruno Bianchi, añadió: “Se hicieron competencias internacionales, latinoamericanas, nacionales, pero se me fue complicando y no le encontré el significado de competir en el formato virtual y le fui perdiendo el hilo. De todos modos, desde mi casa siempre entrené, y cuando se habilitó la posibilidad de volver al gimnasio, lo hice. La idea era estar preparado, pensando de que en cualquier momento regresábamos, pero lamentablemente fue pasando el tiempo y no se habilitó nada. Fue el primer año de mi vida deportiva en el que solo hice una o dos peleas”, subrayó.
En sintonía con lo expuesto, Bruno Bianchi repasó: “El 2020 fue un año para fortalecernos como practicantes de un deporte amateur, porque no fue fácil seguir la actividad desde la casa de cada uno, y creo que todos hemos demostrado una pasión muy grande por lo que hacemos. Entrenar sin objetivos no es para cualquiera, hacerlo solo desde la casa, con una computadora, solo lo hacen los que aman el deporte”, remarcó.
Mundialista
“La última competencia internacional fue hace más de dos años en Argentina, y viéndolo desde la distancia fue algo muy groso. Ese 2018, personalmente, había sido un año muy difícil para mí porque fui padre por primera vez, así que atravesé todo el embarazo de manera ausente porque entrenaba todos los fines de semana con la Selección Argentina, y en la semana lo hacía solo en mi rutina personal. Por eso fue tan lindo haber logrado ese objetivo cuando clasificamos en seis ítems: forma individual, lucha individual, forma y lucha por equipo, y habilidad y rotura de poder por equipo; y de esas seis medallas posibles, me traje cinco. Analizando a la distancia, fue demasiado lo que conseguimos y tal vez en ese momento no me di cuenta, ya que además de todo esto me dieron el premio al Mejor Competidor del Mundial: lo máximo para un competidor de taekwondo, es una sensación de la voy hablar con orgullo durante toda mi vida”, recordó con emoción Bruno Bianchi.
Con relación a lo que vendrá, el taekwondista internacional adelantó: “Lo más importante serán los torneos selectivos para el Mundial que se realizará en los Países Bajos en 2022. Quiero creer que en 2021 se van a hacer actividades de manera normal: los torneos selectivos y el Torneo Panamericano -pensado para el 2020-, en el que vamos a tener que pelear por un puesto para clasificar a dicho evento mundialista. Sería mi quinto mundial, en el 2018 salí campeón, en el 2015 y 2013 tercero, y en el 2012 también competí. Vamos a trabajar para dar lo mejor, sobre todo, porque significaría mi último mundial como adulto, ya que se compite hasta los 36 años y yo tengo 32: no sé si voy a llegar a dos mundiales más como competidor adulto”.
Respirar Taekwondo
Consultado sobre lo que significa en su cotidianidad el deporte referido, Bruno Bianchi describió: “Es mi vida, no tengo memoria sin un traje de taekwondo puesto, y mis objetivos se encuentran medidos bajo este deporte. Me organizo la vida de acuerdo a los objetivos deportivos, desde el trabajo, el estudio, y también en cuanto a lo familiar. Tengo la suerte de que a mi pareja la conocí haciendo taekwondo; ella es deportista y campeona mundial, por lo cual ambos nos apoyamos en esto. No me imagino otra forma de vida, que no sea haciendo Taekwondo ITF; creo que respiro y vivo Taekwondo, eso es el deporte para mí”.
“Hoy soy la persona que soy, gracias al taekwondo, a mis viejos que me formaron, a mi familia, a todas las personas que me fueron rodeando. Moverme dentro de este ambiente, es lo que me dio esta vida y agradezco que me haya tocado a mí”, finalizó Bruno Bianchi.
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