La muy buena campaña que realizó Colón en el primer semestre del año bajo la conducción de Eduardo Domínguez le otorgó un crédito muy importante al entrenador y un respaldo enorme ante los dirigentes para el armado del plantel. Está claro que en este mercado de pases le trajeron lo que pidió, aún cuando restan un par de futbolistas para completar el plantel.
Dos decisiones que desatan controversias
Pero sin dudas que dos decisiones que adoptó el DT generaron disidencias en los hinchas y por eso algunos por primera vez observan de reojo a Domínguez sin que esto signifique que le quitaron el apoyo, pero sí que le cuestionan su proceder.
La primera de ellas es sin dudas la llegada de Gonzalo Marinelli, el primer refuerzo que sumó Colón. Luego de la salida de Jorge Broun y de Jorge Carranza, esta última por no estar en la consideración del cuerpo técnico, la dirigencia salió a buscar dos arqueros. Uno para atajar y el otro para alternar con los juveniles Ignacio Chicco y Joaquín Aylagas.
Y el primero que se sumó fue Gonzalo Marinelli quien en los últimos años prácticamente no había atajado en Huracán. Es cierto que Domínguez lo conocía muy bien de su paso por el Globo, pero llama la atención que casi siempre fue el tercer arquero, por lo cual ni siquiera integraba el banco de relevos. Por lo cual resultó sorpresivo que Marinelli haya sido pedido como una de las prioridades.
Encima el rendimiento en los amistosos no fue para nada bueno y el punto cúlmine fue el encuentro ante Belgrano en donde le marcaron cuatro goles en el primer tiempo. En los dos primeros tuvo responsabilidad directa y en el tercero pudo hacer algo más. Pero antes frente a Vélez también había tenido un error grosero perdiendo el balón cuando lo tenía controlado y posibilitando el gol del Fortín.
Es cierto que ahora está el ecuatoriano Alexander Domínguez quien se supone cuenta con muchas chances de ser titular en el debut de Colón ante Rosario Central, pero eso no quita que el arribo de Marinelli haya sido polémico teniendo en cuenta sus escasos antecedentes en Primera División.
Y el otro tema pasa por la no llegada de Brian Fernández. En este sentido está más que claro que Domínguez nunca quiso al delantero de Racing habida cuenta de los manejos en su vida privada, no así por sus cualidades futbolísticas. Y es por eso que se mostró esquivo ante cada requisitoria periodística advirtiéndose molesto por las consultas.
El santafesino se cansó de declarar que su deseo era jugar en Colón y algunos dirigentes encabezados por el propio Vignatti estaban convencidos de traerlo, pero el que nunca se convenció fue el DT, si eso hubiese ocurrido hace un par de semanas que Fernández estaría entrenando con el plantel rojinegro.
En ese sentido, el entrenador siempre mantuvo firme su postura, soportando las presiones mediáticas y la del propio futbolista que el martes en el entrenamiento de la Academia le comunicó a los periodistas que pasaba a buscar sus cosas porque se venía a Santa Fe. Eso hizo que todos aseguraran que el punta se pondría la camiseta rojinegra, pero los dirigentes jamás lo confirmaron.
Los hinchas se ilusionaron con el arribo de Fernández pero con el correr de las horas de desilusionaron con la chance que quedó trunca y por eso apuntaron a la inflexibilidad del técnico. Observando las carencias ofensivas de Colón en los amistosos (Guanca es el goleador) consideraban que el aporte de Fernández podía resultar importante para potenciar el ataque.
Así las cosas, el tiempo dirá si Domínguez acertó en traer a Marinelli y desechar a Fernández, hoy la realidad marca que se lo cuestiona más de lo que se lo respalda en estos casos. Obviamente que el DT tiene el crédito abierto, pero por primera vez habrá que decir que sus decisiones hicieron ruido.