Tal vez a alguno el próximo sábado se le ocurrirá armar una bandera y exhibirla en el Brigadier López con la leyenda: “Perdón Alemán”.
Mayor mérito del Alemán
Con el triunfo ante Godoy Cruz, Colón pudo asegurar la permanencia en Primera División a una fecha del final del certamen. En Mendoza, el DT Darío Franco cumplió 14 partidos, la misma cantidad que estuvo en el banco Javier López, aunque su eficacia es inferior a su antecesor
4 de noviembre 2015 · 22:13hs
Se le exigió, por ser de la casa se le pedía, además de resultados, que el equipo siempre juegue bien y vaya al frente, pero la presión pudo más y contra Huracán prefirió dar un paso al costado. Javier Oscar López al final de este camino termina siendo el artífice de esta campaña, que de ninguna manera de principio a fin es buena, aunque los resultados puedan marcar un ingreso a una Liguilla Sudamericana para jugar una copa internacional. Es que no hay que esperar el resultado frente a Gimnasia (LP) para analizar números, datos, pura estadística que refleja lo que hizo uno y otro. Entonces allí habrá que reconocerle mucho mérito al sucesor de Reinaldo Merlo, que heredó un equipo que no armó y sobre la marcha tuvo que salir a buscar resultados para dejar a Colón en Primera. Muchos empates De los 14 partidos que dirigió López, más de la mitad (ocho) terminaron empatados. Los sabores fueron distintos en algunos duelos, pues por ejemplo el día del estreno le ganaba Colón 1-0 a Argentinos Juniors y le empataron sobre la hora. Distinta fue la situación frente a Boca, que llegaba puntero a Santa Fe y tenía el triunfo en el bolsillo hasta que apareció aquel zapatazo de Cristian Guanca para rescatar una unidad. Los equipos del Alemán eran poco vistosos, se le reclamaba una mayor vocación ofensiva y tratar de progresar con la tenencia del balón, algo que le faltó casi en la totalidad del ciclo. Pero los números iban cerrando y mientras muchos adversarios de turno recién llegados a Primera deglutían entrenadores y perdían puntos, Colón al menos se iba a las vacaciones con otro semblante en la tabla valorativa. Nada importó. Ya no estaba Eduardo Vega como presidente y los que quedaron, con Víctor Francisco Godano a la cabeza, empezaron a evaluar distintas alternativas para crecer en la cancha y progresar en las colocaciones. Lirismo inapropiado Darío Franco fue el elegido, con el libro de Bielsa bajo la manga y la excesiva vocación de armar formaciones con el arco de enfrente como principal objetivo. Desde el mismo armado, se demostró que Colón no tenía alternativas a mano, escasez de jerarquía y problemas con jugadores de mucha edad que desembocaban inexorablemente en lesiones permanentes. Las llegadas de Alan Ruiz y Pablo Vegetti más el paraguayo Ismael Benegas intentaron darle un salto de calidad a la plantilla, aunque el triunfo buscado no llegaba, los competidores estaban en alza y el descenso empezaba a mirarse de frente y no de reojo. Quizás cuando haya que encontrar cosas positivas en la era Franco, la mayor virtud fue no perder ninguno de los dos clásicos, donde el rojinegro llegaba para ser vapuleado por su rival de toda la vida y terminó casi quedándose con ambos enfrentamientos, mostrando un compromiso y propuesta mucho más audaz que la que ofreció el Tatengue. En el momento de mayor presión y adrenalina al máximo es donde el plantel pareció entender ese mensaje desplegado. Y lo transformó en dos triunfos consecutivos. Colón con Franco también ganó tres veces, perdió en seis oportunidades y sacó cinco empates. Apenas marcó cuatro goles en 11 partidos y viene de anotar seis en las últimas dos presentaciones. Tiene al alcance de la mano, si bien no depende de sí mismo, una puerta abierta para darle un mimo a sus hinchas en la vuelta a Santa Fe después de consumar la permanencia en la élite. Es que aquellos resultados de los rivales que lo tuvieron contra las cuerdas, son los que se dieron a la par de los éxitos frente a Arsenal y Godoy Cruz. Así que ahora, Colón sabe que debe ganar y después tener ese toque final de gracia que lo depositará, impensadamente hace 15 días, en un minicertamen para volver al plano internacional.