La Noche del Reloj fue el 11 de noviembre de 1972, la defensa mundialista que realizó Carlos Monzón en el mítico estadio Luna Park de Buenos Aires. 50 años pasaron de aquella noche inolvidable, para el boxeo mundial, y lógicamente para el argentino. Fue una velada inolvidable, una jornada de gloria en el Luna Park, cuando se vestía de gala para vivir cada jornada de boxeo.
Se realizó un homenaje a Carlos Monzón por la recordada Noche del Reloj
Como no podía ser de otra manera se realizó en el bar Sur de avenida Freyre y Juan de Garay de nuestra capital, un homenaje periodístico-deportivo a Carlos Monzón, justamente a 50 años de su defensa mundialista contra Bennie Briscoe en el Luna Park de Buenos Aires en 1972. El tributo fue encabezado por los periodistas Carlos Irusta, Néstor Giuria, Sergio Ferrer y tuvo como maestro de ceremonia a Claudio Virgolini.
También se encontraban presentes el ex campeón Claudio Víctor Martinet, Carlos Monzón hijo del inolvidable escopeta, invitados especiales, como el ex púgil Carlos Ríos, Marcos Díaz e invitados especiales. La oportunidad sirvió para recordar a dos próceres del boxeo local, que estuvieron vinculados a Monzón, José Lino Lemos y Norberto Rufino Cabrera, fallecidos recientemente. Incluso se encontraba presente el comisario de Santa Rosa de Calchines, cuando tuvo el accidente que le costó la vida el 8 de enero de 1995.
"Es muy importante agradecer a estos distinguidos colegas que han venido a participar de este tributo del mundo del boxeo a Carlos Monzón, a 50 años de la pelea que de alguna forma marcó su cúspide, porque en 1972 fue el gran año de Carlos. En este 2022, se cumplieron 50 años de las cuatro defensas que hizo en aquella oportunidad, que le valieron, al final de la temporada, conseguir numerosas distinciones" expresó Sergio Ferrer.
El periodista local indicó que "fue reconocido como el mejor boxeador de aquel año, por la revista Boxing Illustrator, la revista The Ring, la Asociación de escritores de boxeo de Estados Unidos, también lo eligió como el mejor del año, y en nuestro país, el Círculo de Periodistas Deportivos, le entregó el premio Olimpia al mejor deportista. La pelea con Bennie Briscoe cerraba esa temporada. El norteamericano era el que más se respetaba, de los que le había tocado pelear ese año.
Aquella pelea se realizó en horario vespertino por una cuestión de la televisión europea. Lo habitual era que, en el Luna Park, los combates eran de noche, pero esto fue modificado. Se cuenta que estaba previsto que los boxeadores salten al ring a las 18.10, y a las 18.20, la pelea. Sin embargo, se largó a las 18.30, porque se realizó la ceremonia donde se cantaron los himnos. Esto es la Noche del Reloj, que fue de tarde, pero la idea ya estaba instalada. Fue la tarde que se le hizo de noche a Carlos, pero que supo resolver con lucidez.
A segundos de casi mandarlo a la lona, sobre el rincón de la calle Bouchard, en la Capital Federal, no solo mira el reloj que estaba sobre la calle Madero, no solamente lo mira con lucidez, hasta tal punto estaba recuperado, que logró meter otro derechazo, evidentemente muy duro, le hace viento al rostro de Carlos, y él logra esquivar. Su hijo, Carlos, quien en aquel momento tenía 11 años recordó que "nosotros en ese mismo momento no nos dimos cuenta de nada. Lo supimos cuando estábamos en el hotel y dijo; me noqueó. Decí que vi dos, y agarré el que era."
Néstor Giuria recordó que "pensaba antes de venir y me preguntaba, en qué momento Carlos Monzón nos puso en una situación de susto, de momento muy preocupante, yo recuerdo la noche del reloj, sobre todo cuando fue al piso. No obstante, el no quedó con esa sensación fue la gente. Con el antecedente que Briscoe, que era un duro, un hombre de granito, nadie pensaba con Carlos pasando el momento que pasó. Fue una angustia, no solo se paralizaron los relojes, sino también los corazones de todo el mundo".
"De ese día creo que quedó marcado el hecho de que Monzón, y en el momento que se produce esa situación, y trastabilla, me di cuenta que Carlos miró el reloj. Un boxeador, cuando recibís una piña, no sabes que pasó ni de donde vino, y Monzón tuvo la oportunidad de no solamente de tomarlo a Briscoe, sino de donde estaba el reloj, mirar cuanto faltaba, y de ahí en más ni siquiera siguió agarrándose, sino que continuó pegando" contó Carlos Irusta, reconocido periodista de boxeo con un paso importante y recordado por la revista el Gráfico.
La primera pelea de Carlos Monzón con Bennie Briscoe se dio en mayo de 1967, y fue empate. Cinco años después el oriundo de Filadelfia volvió a Buenos Aires. En un Luna Park completo, el estadounidense clavó una imagen imborrable sobre el final del noveno round. Lo conectó a Monzón sobre las cuerdas con un derechazo cruzado. El sanjavierino quedó sentido, casi indefenso, pero miró el viejo reloj del estadio para saber cuánto faltaba. Esa situación quedó grabada como la más complicadas de la carrera del ídolo que después logró hacer historia con otras victorias fundamentales.