Este Clásico que se disputará desde las 18 es distinto a los anteriores. En primer lugar porque se juega en medio de una pandemia y obviamente que no tendrá público. Pero además, porque es decisivo para uno de los dos equipos que intenta clasificar a cuartos de final. Por ello, sin dudas que no es un Clásico más y que tiene condimentos extras.
Un Clásico definitorio y con responsabilidades distintas
El de jugar sin gente es una particularidad, ya que una sola vez en la historia se disputó sin hinchas. Fue por el Torneo Inicial 2013 en el 15 de Abril cuando Unión venció a Colón por 1-0. Aunque en esa oportunidad fue por cuestiones de seguridad y en esta ocasión por el aspecto sanitario.
Se dice habitualmente que en un Clásico no hay favoritos y que poco importan los antecedentes inmediatos. De todos modos, siempre es mejor llegar en un buen momento a jugar un partido de esta naturaleza. Y en este caso se podría decir que ambos llegan bien, ya que vienen de obtener una victoria.
Pero la principal diferencia radica en las responsabilidades. Colón está clasificado a cuartos de final y por ello está cómodo, Unión llega presionado ya que debe ganar para asegurarse un lugar en la próxima fase. Otro resultado lo complicaría para acceder a los cuartos de final, ya que dependería de otros resultados.
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En consecuencia, el Sabalero tiene menos que perder que el Tate, una derrota no modifica su futuro, ya que la próxima semana afrontará los cuartos de final. Pero para el Rojiblanco una derrota será el fin de la competencia y no jugar más hasta el próximo semestre.
Y eso sin dudas que debe jugar en la cabeza de los protagonistas. Colón tiene la chance de ganar y dejar afuera a Unión con todo lo que eso implica. Pero si empata o pierde su presente no se modificará. En cambio si Unión se impone no solo sería un golpe de efecto muy grande, sino que en una semana se podría reeditar el Clásico.
Habrá que ver la manera de plantear el partido por parte de los entrenadores. Pero a priori es obvio que Juan Manuel Azconzábal está más urgido. No tiene margen de error, en cambio Eduardo Domínguez se puede permitir jugar con el resultado y hasta sentirse satisfecho con un empate.
En la previa el escenario es favorable a Colón, arriesga menos y se puede dar el lujo de eliminar al Tate. Ya tiene en mano lo que Unión pretende. En cambio el elenco rojiblanco debe ganar para no depender de otros, un empate lo pondría con la oreja en los partidos que jugarán Independiente y Lanús.
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Especular no sería un buen consejo, ya que un gol de los otros equipos se pueden dar en cualquier momento. Y Unión depende de sí mismo que es una ventaja. Pero también es cierto que da la sensación que no arriesgará de entrada, ya que rápidamente puede quedarse con las manos vacías.
Para Colón puede darse el partido ideal, administrando la ventaja inicial, ya que el empate lo dejar como líder en su zona. Y jugar con esa tranquilidad, Unión no puede conformarse con el empate y debe arriesgar más. Habrá que ver en qué momento del partido lo hace.
Puede llegar a asemejarse a una partida de ajedrez, con movimientos muy pensados y fríamente calculados. Hay mucho en juego y las responsabilidades son mayores. La clave pasará por la manera en que cada equipo absorba esa presión y sepa jugar con esa carga. El más liberado de la cabeza y de las piernas se quedará con todo.