Por Walter Vargas
Un "Gallo" que ya es historia

Ya nada podrá modificar la luminosa marca que Deportivo Morón dejará en la Copa Argentina: con su victoria de 1-0 a expensas de Olimpo sumó un total de cuatro contra adversarios de la Superliga y pasó a semifinales, frente a River, en una jornada que ofreció también la fantástica remontada de Rosario Central en perjuicio de Godoy Cruz en la cancha de Instituto.
Una multitud de seguidores del "Gallo" llegaron al estadio de Lanús en pos de perseverar en su sueño a ojos abiertos y los jugadores honraron la devoción como a lo largo de toda la Copa: esfuerzos solidarios, repartidos y sostenidos a lo largo de los 90 minutos.
Es que el gran secreto de Morón, si así pudiera ser calificado, es la espléndida manera en la que se defiende y reduce las zozobras al arquero Julio Salvá, un competente trotamundos de los torneos de ascenso.
Salvá se mantiene imbatido al cabo de los cuatro partidos que han permitido que el vigente campeón de la B Metropolitana, hoy en la B Nacional, haya escalado hasta los cuatro mejores de la Copa Argentina.
El futuro oponente de River ha dejado en el camino a Patronato por 2-0, a San Lorenzo de Almagro por 1-0, a Unión por 5-4 en los penales tras un empate de 0-0 y ahora por 1-0 a Olimpo gracias a una oportuna arremetida de Javier Rossi, que aprovechó un grosero error de Adrián Gabbarini.
Nota al margen: la historia de Morón ya consta de un glorioso antecedente en un mano a mano con un poderoso de Primera, toda vez que en el Torneo Metropolitano de 1969 en condición de visitante empató 1-1 con Estudiantes, cuando los de La Plata eran campeones de América, intercontinentales e interamericanos.
La otra llave semifinal tiene en Central a un protagonista con todas las de la ley.
De la mano de un entrenador, Paolo Montero, que vive cuestionado por buena parte de la afición y acaso también de la propia comisión directiva, Central venía de eliminar a un candidato de la talla de Boca y ayer en el barrio Alta Córdoba de la Docta se quedó con un partido digno de ser recordado por mucho tiempo.
Es infrecuente que un equipo reciba tantas señales adversas como las que recibió el de Rosario y tantos guiños venturosos como los que recibió el de Mendoza y al final del baile el desenlace rompa con todas las tendencias y todos los manuales.
Central jugó con diez jugadores desde los 9 segundos por la expulsión del defensor Fernando Tobio, desperdició un penal, llegó a estar en desventaja de 2-0 (Santiago García y Fabricio Angileri) y su arquero Diego Rodríguez, el Ruso, ganó un mano a mano e impidió el tercero del Tomba.
En un segundo tiempo loco, loco, loco, los mendocinos se volvieron permeables y a favor de un enorme despliegue, algunos rendimientos individuales relevantes y la profunda convicción de que era posible torcer el destino del partido, Central consumó la epopeya con sendas conversiones de Washington Camacho, Federico Carrizo (su gran figura) y Fernando Zampedri.
Para llegar a esta instancia los del oriental Montero recorrieron un espinoso camino que constó de sendos triunfos por una diferencia mínima; 1-0 a Cañuelas, 2-1 a Deportivo Riestra, 1-0 a Boca y ahora 3-2 al Tomba.
El rival de Central surgirá del choque de esta noche entre Atlético Tucumán y Vélez Sársfield en el estadio 15 de Abril, de Santa Fe.