El viernes 5 de junio, a la mañana, Pablo Cejas recibió dos disparos de arma de fuego cuando viajaba en moto a la ciudad de Recreo; uno fue frenado por el chaleco antibalas que llevaba puesto y el otro por el casco. Para Cejas, el ataque no fue un intento de robo, sino que fue directamente un atentado contra su vida, por negarse a "encubrir bunkers y quioscos de droga". Ayer, Cejas ratificó esas declaraciones en la Justicia y el caso pasó a manos de los fiscales de Homicidios, ya que fue calificado como una tentativa de homicidio. Además, se conoció el resultado de las pericias balísticas que se realizaron. En el lugar del atentado, sobre la ruta N° 2, muy cerca del Hospital Protomédico de la ciudad de Recreo, quedaron 21 vainas servidas. Sobre ese material se realizaron los estudios que arrojaron que del tiroteo participaron al menos tres armas de fuego. El resultado abona la versión de Cejas, que dijo que dos personas comenzaron a dispararle y que él repeló la agresión con su arma reglamentaria. Los peritajes balísticos arrojaron que el tiroteo fue producido por un arma calibre 9 milímetros, otra calibre 22 y una tercera de un calibre mayor, que no pudo ser completamente identificada porque estaba demasiado deformada por el impacto.
El ataque al policía baleado será investigado como tentativa de homicidio
Cejas recibió dos impactos de bala, pero resultó ileso. Es que uno de ellos lo golpeó en el caso de la moto y otro en el chaleco antibalas. "La que pegó en el casco es una calibre 22, la del chaleco es más difícil de determinar porque el plomo quedó muy deformado. Pero hasta podría ser un calibre 38", aseguró ayer el agente. Y agregó que lo importante del peritaje fue que "validó" su testimonio.
• LEER MÁS: La fiscalía, a la espera de que Cejas ratifique que sufrió un atentado
En la declaración que realizó este miércoles, Cejas aseguró que ratificó la versión que dio a los medios de prensa sobre el móvil del ataque. Dijo que enviaron sicarios a matarlo porque él no "transaba" con los narcos. "Es la cuarta vez que me balean trabajando. Me llama la atención que luego de una discusión con un jefe me pase esto, vinieron directo a matarme. Después de lo que me pasó, solo confío en mi familia. Hay cosas muy turbias dentro de la fuerza. Hay barrios o zonas de barrios donde no podemos entrar. Yo no tranzo con jefes, ni con narcos. Nosotros tenemos prohibido tocar algunos lugares donde venden droga", concluyó Cejas.