“Es un capítulo cerrado”. La frase, deslizada ayer a La Capital por un habitual transeúnte de los pasillos de la Casa Gris, buscó diluir las versiones de una posible renuncia del ministro de Producción santafesino, Daniel Costamagna, quien, pese al aval del gobernador Omar Perotti al anuncio del presidente Alberto Fernández, había ratificado su rechazo a la expropiación del Grupo Vicentín.
Para la Casa Gris, el capítulo de Costamagna está cerrado
Por Javier Felcaro
El propio ministro de Gestión Pública provincial, Rubén Michlig, fue el encargado de la desmentida oficial de la hipotética salida de Costamagna y su equipo del Ejecutivo. Incluso, recordó que el funcionario ostenta un vínculo de larga data con el sector agropecuario, razón por la cual “tiene todas las posibilidades de expresarse en ese sentido”.
Costamagna, en tanto, dejó en claro que se opone a la medida dispuesta por la Casa Rosada, respecto de la cual, según señaló a El Litoral, tomó contacto al momento de la conferencia de prensa de Fernández. Un pedido de continuidad por parte del rafaelino habría templado los ánimos del ministro.
Las dudas
De todos modos, un interrogante continúa abierto: si el gobernador estaba al tanto de la jugada de Fernández, ¿por qué a Costamagna lo sorprendió el anuncio del jefe del Estado? De hecho, el ministro acumulaba varios meses de tratativas, en nombre de la gestión de Perotti, para encontrar una salida a la situación de la cerealera en quiebra, principalmente en defensa de las fuentes laborales y los múltiples intereses santafesinos en pugna.
“Primero: Perotti conoce el pensamiento de Costamagna. Segundo: el tema lo manejó el gobernador con el presidente. Todo indica que los tiempos se aceleraron frente al temor de que avanzara un plan de venta. Es posible que el gobernador no supiera el momento exacto del anuncio, pero estaba al tanto que venía madurando”, agregó la fuente oficialista.
La reunión del martes entre Daniel Costamagna y los diputados que integran la comisión de Seguimiento e Información del Caso Vicentín fue el marco en el cual el ministro rechazó la eventual expropiación de la empresa a manos del Estado nacional, pocas horas después de que Perotti acompañara el anuncio de Balcarce 50. Del encuentro también surgió un pedido unánime para que Santa Fe tenga una mayor participación en la nueva fase que se abre para la cerealera.
Varios de los legisladores presentes en la reunión realizada en la cartera de Producción señalaron que el funcionario se mostró de acuerdo con la intervención, pero no con la expropiación de Vicentín, al tiempo que admitieron que Costamagna lucía “preocupado”. Fue en ese contexto en el que el ministro también aludió a una posible salida del gabinete de Perotti.
Pero el funcionario ya había desestimado en febrero una eventual estatización de la empresa, pedido realizado por algunos legisladores provinciales y sugeridos por el director del Banco Nación, Claudio Lozano, como una alternativa para saldar la deuda de 18.500 millones de pesos que Vicentín tiene con la entidad pública.
Es más: por entonces el titular de Producción sostuvo que la situación de la cerealera debía resolverse en el ámbito privado, aunque con un monitoreo a cargo de la Nación.
“Lo de Costamagna es un capítulo cerrado”, insistieron en el entorno del mandatario santafesino para detener las usinas de rumores, las mismas que no soslayaron el reciente paso del ministro por la Legislatura para exponer sobre proyectos ligados a su área, marco en el cual se lamentó frente a varios diputados por la insuficiente disponibilidad de recursos en su cartera.
“Daniel no se va a ir”, completó otro conocedor de los pliegues del Ejecutivo santafesino, que respecto del anuncio de Fernández sobre el futuro de Vicentín arriesgó: “Es posible que la Casa Gris no estuviera al tanto, como también que, conociendo la impronta de Omar, dominase los alcances de la medida pero haya querido salir de escena”.
En el oficialismo santafesino confían en que ahora la atención se centrará en la Casa Rosada, ya que todavía resta dimensionar la magnitud del anuncio del primer mandatario. Una pizca de distensión que al gobierno de Perotti, sacudido por el impacto sanitario y económico de la pandemia de Covid-19 y otros movimientos en el tablero de ministros, no le viene nada mal.
Objeciones de Barletta y la UCR provincial
El exembajador argentino en Uruguay Mario Barletta solicitó al juez Fabián Lorenzini (Reconquista) una medida de amparo contra el decreto de necesidad y urgencia (DNU) que dispone la intervención estatal de la empresa Vicentín.
“La medida es ilegal. Se opone a la legislación de fondo en materia concursal y desconoce la marcha del proceso judicial en trámite. Es un claro abuso de autoridad por parte del presidente (Alberto Fernández)”, argumentó el radical afín a Juntos por el Cambio (JxC).
Paralelamente, la Unión Cívica Radical (UCR) de la provincia también manifestó su rechazo a la intervención y el proyecto de expropiación de Vicentín.
El comunicado partidario cuenta con las firmas de Carlos Fascendini (presidente), Federico Pezz, Laura Utrera, Victoria Civalero, Victoria Tejeda, María Paula Salari y Juan Sarasola.