Con el paso del tiempo, cada vez más países están adoptando las criptomonedas, ya sea con el objetivo de generar ingresos adicionales por concepto de impuestos, apostar a las nuevas tecnologías para obtener mayor independencia financiera, e incluso para tener un resguardo del valor adicional.
Por qué Portugal se está convirtiendo en un paraíso "cripto"

Mientras que algunos países hacen los esfuerzos mínimos por aceptar estos activos en su sistema financiero, otros estarían invirtiendo más y más en el desarrollo del mercado. Uno de estos es Portugal, que estaría convirtiéndose en uno de los paraísos “cripto” gracias al enfoque de las entidades financieras del país.
No son activos ni monedas
Una de las grandes diferencias entre Portugal y el resto del mundo, es que en el país europeo las criptomonedas no son vistas como activos ni como monedas. Aunque esto pueda parecer más confuso que beneficioso, lo cierto es que tiene un impacto significativo: los impuestos son mucho más limitados que al considerárseles propiedad.
Según las regulaciones del país, las criptomonedas son un método de pago, por lo que las ganancias generadas a través de transacciones con criptomonedas no están sujetas a impuestos. En parte, esto puede ser un problema debido a que tampoco se registran en la exención en caso de pérdidas.
Para los portugueses que poseen criptomonedas como el Bitcoin, sus impuestos no se ven significativamente alterados al generar ingresos con estos activos. Esto es algo que no suele verse en muchos países, ya que son pocos los productos financieros (por ejemplo, los derivados de bitcoin hack) que permiten una inversión que no se grava debido a que en ningún momento tenemos los activos en nuestra propiedad.
Sí hay regulaciones
Si bien es cierto que no están gravadas como propiedad o monedas, lo cierto es que tampoco se utilizan al margen de la ley. Efectivamente, en Portugal existiría una regulación que delimita el uso de las criptomonedas con el fin de evitar las actividades ilícitas como el blanqueo de capital o las estafas.
Según la legislación lusa, al usar criptomonedas es necesario pagar impuestos según el tipo de operaciones que se estén realizando. Esto es para quienes son considerados ciudadanos bajo régimen de residente no habitual, quienes tendrán que pagar impuestos por actividades como el trading, holding, compra y venta de tokens no fungibles, entre otras.
Se debe a que son considerados como ingresos empresariales si se realizan de forma periódica, por lo que el inversionista debe realizar un pago de impuestos de 20% de las ganancias generadas. Si bien esto limita los retornos de los inversionistas, hace de estos activos una verdadera herramienta para el pago.
¿Un enfoque sostenible en el tiempo?
Aunque pueda ser algo atractivo para los pequeños inversionistas y usuarios de criptomonedas, lo cierto es que es difícil determinar si se trata de un enfoque sostenible para el funcionamiento de la economía, ya que la legislación portuguesa no toma en cuenta gran parte de las debilidades que tiene el ecosistema “cripto”.
La generación de ingresos que no pueden ser comprobadas por el estado son un ejemplo de esto ya que, quienes no vivan en el país bajo el régimen de residente no habitual, pueden estar beneficiando un área gris donde proliferen las actividades ilícitas, incluso el financiamiento al terrorismo o el lavado de dinero.
La falta de consonancia con las regulaciones que delimitan el funcionamiento de estos activos en la región, también podría ser un problema de cara al mediano y largo plazo.
A pesar de esto, la realidad es que actualmente Portugal sería uno de los destinos más atractivos para los entusiastas de las criptomonedas, quienes pueden sacar provecho de la curiosa interpretación que le dan las autoridades a estos activos financieros.