Por más que algunos mantengan sus expectativas, la realidad indica que hoy Jonathan Bottinelli está más lejos que cerca de continuar en Unión. El pasado 30 de junio quedó libre y se mostró dispuesto a escuchar propuestas, pero dándole prioridad al club santafesino. Al comienzo demoró un poco en llegar el acercamiento, pero duró muy poco, ya que la oferta no convenció al jugador. De ahí en más hubo idas y vueltas que generan un marco de incertidumbre.
Las vueltas de un Jonathan Bottinelli que se aleja en Unión
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La idea era extender el contrato por seis meses, mientra que el jugador pretendía que sea al menos por 18 meses. Así, no siguió el diálogo. A eso habría que agregarle una supuesta deuda. El Tate no se movió de eso y apareció en escena un posible ofrecimiento de Gimnasia (LP). Versiones indicaban que podría tratarse de un mecanismo de presión, sin embargo por ahora no funcionó.
Jonathan Bottinelli, de 35 años (14 de septiembre de 1984), estuvo estos días en Santa Fe cerrando el contrato de alquiler donde vivía y habría retirado sus cosas, en un dato que podría ponerle un cierre a su ciclo en el Rojiblanco, donde jugó 82 partidos y marcó dos goles.
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Por todo esto, se esperaba que esta semana se le diera un corte definitivo a una situación que varias semanas de novela. El marcador central habría quedado en contestar y por eso se espera con ansias saber si acepta o no continuar. Pero si se analizan algunas cosas, como reducir sus ingresos y la duración del vínculo, la contestación estaría prácticamente cantada.
Jonathan Bottinelli siempre manifestó sus deseos de quedarse. Más que nada porque se siente importante y logró un arraigo que desde sus tiempos en San Lorenzo no tenía. A eso hay que sumarle una versión revitalizada y mejorada, que lo llevó a volverse capitán, emblema y querido por la gente. Pero todo debía darse bajo un consenso y quizás notó que no estaba entre las prioridades.
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El tiempo pasa y cada vez más se aleja de Unión. Hay quienes que no quieren darlo por caído, porque en materia de negociaciones todo puede pasar. Mucho más con el último ejemplo, donde la dirigencia se había plantado en no pagar la cláusula de rescisión de Juan Azconzábal en Antogafasta de Chile y después terminó poniendo 10.000 dólares. Las sorpresas son moneda corriente en los mercados de pases, pero hay indicios de cómo está la historia. ¿Fin de ciclo o sigue?