Una niña de casi dos años de edad, oriunda de San Javier, presenta parálisis cerebral casi desde su nacimiento y necesita una silla postural especial para poder moverse. En esta situación, la familia reclama a la obra social Iapos que se le otorgue la silla, la cual vienen pidiendo formalmente hace ya cinco meses.
Hace cinco meses que una niña con parálisis cerebral espera una silla postural

José Busiemi/ UNO Santa Fe
Iapos: la tratan en el Hospital de Niños Orlando Alassia y necesita su silla.
La niña se llama Amábila, tiene casi dos años, nació prematura y al cuarto día de vida tuvo varias complicaciones de salud. Le tocó sufrir un neumotórax hipertensivo, lo que la dejó momentáneamente sin signos vitales y clínicamente fallecida, pero pudo sobrevivir. Esto le provocó como secuela una encefalopatía crónica no evolutiva, más conocida como parálisis cerebral infantil.
UNO Santa Fe dialogó con Flavia, madre de Amábila, que es docente de nivel primario con cargo en Rincón. Sobre el caso, la madre sostuvo: "Iapos tiene que responder, no es un capricho, mi hija tiene su certificado de discapacidad y el trámite de la silla postural se inició formalmente después de muchos errores hace cinco meses, el 4 de noviembre".
"Los tiempos de Iapos no son los tiempos de mi hija"
Siguiendo con la descripción del caso, la madre indicó: "El fisiatra de Amábila nos dijo que para que se pueda mover necesita una silla postural, por lo que hicimos el pedido formal a Iapos. En este tiempo pasaron una serie de actos desafortunados, siempre hay una letra o un número que demora todo, luego me dieron una silla que no era la que pidió el fisiatra por lo que se rechazó".
"Cuando presenté el rechazo el 3 de marzo ellos registraron que era el 3 de febrero, y así puedo citar una cadena de cosas que demoraron todo, una burocracia terrible que no se condice con los tiempos de mi hija", continuó la madre de la niña que necesita la silla postural para moverse.
"Yo no voy en contra de nadie, estoy a favor de mi hija. No son los tiempos que ellos manejan. Destaco la solidaridad de los vecinos, que vinieron a ofrecerme juntar el dinero para poder comprar la silla entre todos, pero a mí me la tiene que dar Iapos porque tanto yo como mi marido aportamos", prosiguió Flavia.
A su vez, la familia de Amábila sostiene que, debido a la demora de Iapos en otorgar la silla postural especial para la niña, esta puede no tener las medidas correctas para ella. Los trámites para pedir la silla postural, con sus medidas especiales, se iniciaron cuando la niña tenía un año y dos meses, cuando actualmente ha crecido y tiene casi dos años de edad.
"El sistema es muy cansador y muy estresante. Yo por mi nena voy a ir por todo, y lo a hacer cuantas veces sea necesario. Pero hay gente que no se anima o que ni siquiera se sabe su historia. Como Amábila hay muchos chicos que tienen la posibilidad de caminar pero que no son atendidos y ni siquiera pueden moverse por gente ocupando cargos importantes que no hace lo que tiene que hacer", afirmó la madre.
La familia costea todos los viajes y el tratamiento actual de Amábila
En San Javier, Amábila es atendida por una kinesióloga neurorrehabilitadora, pero el resto de las terapias las realiza en Santa Fe todos los miércoles y viernes. Cuenta con un certificado único de discapacidad desde el 6 de agosto de 2020. Por la falta de especialistas médicos en San Javier, la niña debe ser trasladada a Santa Fe dos veces por semana, sometiéndose a un tratamiento especial en la capital santafesina.
"Nosotros costeamos los viajes todas las semanas. En plena pandemia sacamos un crédito para comprar un auto, primero porque no había colectivos y luego cuando se habilitaron no podíamos permitir que mi hija viaje por colectivo siendo paciente de riesgo con tos pulmonar", manifestó al respecto la madre.
"Para sumar algunos ingresos nos pusimos a vender barbijos, almohadones y sublimados, hasta que llegó un punto que nos miramos y no sabíamos más que hacer", continuó la madre, relatando cómo se las rebuscó la familia para afrontar los gastos de tratamientos y viajes.
"Yo quiero ver el vaso medio lleno. No importa lo que no, importa lo que sí. Yo creo que mi hija va a valorar todas estas cosas, tengo mucha fe en Dios y sé que hay gente buena y solidaria que siempre ayuda", concluyó la madre de Amábila.