El santafesino Rubén Rézola quedó séptimo en su semifinal y resultó eliminado de la final del kayak individual masculino (K1 200 metros) del canotaje en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. El palista santafesino, de 30 años, firmó sobre el recorrido dispuesto en el Canal Sea Forest de la capital japonesa un tiempo de 36s. 552/1000, con lo que apenas superó al lituano Mindaugas Maldonis (36s. 637/1000).
"Me quitaron la beca por meses y me faltaron el respeto"
“Me gustaría que algunas cuestiones federativas mejoraran, sobre todo en contemplar la salud mental. Me quitaron la beca por unos cuatro o cinco meses porque no pude asistir a una concentración, pero mentalmente no estaba preparado para concentrarme lejos de casa. Merezco una disculpa pública”, expresó el santafesino Rubén Rézola luego de su actuación.
“Tuve hasta que trabajar para pagar mi alquiler y gastos. Mi vieja, mi novia y mi familia tuvieron que ayudarme”, agregó el palista de 30 años, con bronca, tristeza y al borde del llanto, un estado anímico muy diferente al de su compatriota Brenda Rojas, de 25, que no superó su semifinal pero estaba entusiasmada por haber competido en el más alto nivel mundial.
El reclamo del palista continuó: “Espero que nunca más le falten el respeto a un atleta de alto rendimiento. No hice nada fuera de lo común y fuera de la reglamentación. Simplemente pedí permiso para poder entrenarme desde mi casa, y creo que la federación debería cambiar su reglamento porque cada atleta debe poder elegir con quién entrenarse”.
Por otra parte, Rézola analizó su participación en Tokio 2020. “Di todo en cuanto a mis posibilidades. Estuve con un dolor de muñeca debido a una caída, pero dentro de todo pude remar bien. Me habría gustado en la final B tener mejores sensaciones que en la semifinal, pero estoy contento por haber llegado hasta acá”, comentó.