Con una exposición cargada definiciones sociales y un fuerte llamado a los dirigencia política, José Luis Ambrosino, referente histórico del Movimiento Los Sin Techo, participó este martes de la audiencia pública de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías de la Convención Constituyente de Santa Fe.
Ambrosino ante los Convencionales Constituyentes: "La palabra indigencia debe figurar en la nueva Constitución de Santa Fe"
El referente del Movimiento Los Sin Techo, José Ambrosino, reclamó que la indigencia sea reconocida como una prioridad en la reforma constitucional. “No se puede estudiar, no se puede sanar, si la panza está vacía”, advirtió. Y llamó a los convencionales a actuar con decisión: “Tengan audacia”.

José Luis Ambrosino, referente histórico del Movimiento Los Sin Techo, participó este martes de la audiencia pública de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías
Allí planteó con firmeza que la nueva Constitución provincial debe incluir la palabra "indigencia" como parte de una política de Estado.
“Nuestra preocupación permanente, que son los indigentes, está entrando, ha entrado en la cultura política, la cultura social. Y si bien la palabra indigencia no existe en la Constitución por razones históricas o temáticas, hoy la indigencia es un componente social ineludible para cualquier consideración y acción política”, sostuvo Ambrosino ante los convencionales.
El referente social explicó que desde comienzos del siglo XXI, el Indec mide mensualmente la situación de la pobreza e indigencia en el Gran Buenos Aires. Aclaró que “El Movimiento Los Sin Techo está concentrado en la indigencia del gran Santa Fe, que es el sector más vulnerable”.
A lo largo de su intervención, diferenció claramente entre pobreza e indigencia, y remarcó que esta última, si bien es parte de la pobreza estructural, es más fácil de abordar.
Y fundamentó: “No es que tengamos la varita mágica, pero la indigencia hoy significa la llegada o no de una familia a la canasta básica alimentaria. El que está abajo es indigente, el que está arriba es pobre”, explicó.
En ese sentido, remarcó que la definición que utilizan está alineada con el criterio estadístico del Indec. “No entra en esta definición estructural el que no tiene zapatillas, inodoro o conectividad. Asumimos como indigente a quien no llega a cubrir la canasta básica alimentaria, porque es el camino de solución más fácil y directo”.
Segun datos del Indec, comentó Ambrosino, a diciembre de 2024 10.000 familias indigentes había en el Gran Santa Fe y 32.000 en el Gran Rosario. Al proyectarlas al resto del territorio, el número se amplía. Con cifras actualizadas, Ambrosino advirtió que en la provincia de Santa Fe hay al menos 60.000 familias indigentes,
“Las familias indigentes son objeto de nuestra preocupación cotidiana. Nosotros no fuimos elegidos por ellas, no tenemos mandato, pero tenemos presencia diaria frente al dolor y la necesidad. Eso es lo único que nos da autoridad moral para plantear este tema”, expresó con firmeza.
Ambrosino: "El derecho fundamental y primario de una persona es la alimentación"
Frente a los constituyentes, el dirigente solicitó que la indigencia sea reconocida constitucionalmente como un problema central: “Debe figurar como una preocupación primaria. Nosotros defendemos que el derecho fundamental y primario de una persona es la alimentación”.
En un tono humanista, Ambrosino recordó que sin alimentación no hay aprendizaje, salud ni trabajo posible. “No se puede estudiar si la panza está vacía. No se puede dormir si la panza está vacía. El primer derecho natural que tiene un ser viviente es comer”, aseguró.
Advirtió además que, según sus mediciones bimestrales, una familia compuesta por madre, padre e hijos necesita 450.000 pesos mensuales solo para comer. Sin embargo, una mamá sola con dos hijos apenas percibe alrededor de 90.000 pesos por asignación, más una tarjeta alimentaria congelada desde junio del año pasado, lo que la deja muy lejos del mínimo alimentario.
“Faltan 180, 190, 200 mil pesos. Multipliquen eso por las 60.000 familias y tendrán una cifra importante”, apuntó Ambrosino. Recordó que detrás de esas cifras hay 240.000 personas, 180.000 de ellas niños, muchos de los cuales no están recibiendo los nutrientes básicos para un desarrollo neurológico adecuado.
“Antes de que un chico aprenda a leer o a interpretar un texto, necesita tener la paz interior de un cuerpo bien alimentado. Sin eso, el cerebro está incompleto”, lamentó.
Ambrosino también cuestionó el enfoque tardío de muchas políticas educativas: “Tenemos educación complementaria, pero muchos chicos nacieron mal, se desarrollaron mal, y no van a poder alcanzar el desarrollo que merecen. El daño ya está hecho”.
Finalmente, apeló a la historia, a la ética pública y al valor de la democracia. “Les pido audacia. Tengan la fuerza de los constituyentes del 62 que juraron la Constitución con un presidente preso. Hoy vivimos en democracia, y eso es un orgullo. Pero nuestros pobres no pueden decir lo mismo”.
Como cierre, reclamó una “discriminación positiva” hacia los más vulnerables: “A los que tengan menos, darles un poco más".