El Ministerio de Educación de Santa Fe presentó esta semana los resultados de la Evaluación Santafesina de Lectura 2024, una prueba censal que diagnosticó por primera vez, de manera nominal y masiva, el nivel de lectura de los alumnos que actualmente cursan tercer grado en escuelas públicas y privadas de toda la provincia. El dato que encendió las alarmas es contundente: solo el 25,2% de los chicos alcanza un nivel de lectura considerado adecuado para su edad.
"Catástrofe educativa" en la provincia de Santa Fe: radiografía de una crisis estructural
La Evaluación Santafesina de Lectura 2024 reveló que más del 75% de los estudiantes no alcanza los niveles esperados de alfabetización.

La evaluación analizó la fluidez lectora —es decir, la rapidez, precisión y prosodia con la que los alumnos leen— al cierre del segundo grado, etapa clave del proceso de alfabetización. El resto de los alumnos (74,8%) no logra leer con el nivel esperado, con un 38,8% ubicado en los niveles más bajos (Pre-lector y Principiante 1).
“Estamos ante una catástrofe educativa”, reconoció el ministro de Educación, José Goity, quien subrayó que los resultados implican un punto de inflexión en las políticas educativas. “No hay razón para que un niño no aprenda a leer y escribir bien. Hay condicionantes, sí, pero no justifican estos niveles tan bajos”, sostuvo.
Radiografía de una crisis estructural
El operativo, que alcanzó a más de 50.400 estudiantes en 1.525 establecimientos educativos, permitió desagregar los datos según tipo de gestión y localización. Las cifras dejaron al descubierto profundas desigualdades:
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En escuelas privadas, el 37% de los alumnos alcanzó niveles intermedios o fluidos de lectura.
En escuelas públicas, ese porcentaje cayó al 20%.
En el otro extremo, el 46% de los estudiantes estatales se encuentra en los niveles más preocupantes (Pre-lector o Principiante 1), contra el 22% en escuelas privadas.
En cuanto al entorno geográfico, la diferencia es menos marcada: en zonas rurales, solo el 17% llega a niveles intermedios o altos, frente al 25% en ámbitos urbanos.
Dos programas claves
En respuesta a los resultados, la cartera educativa anunció un plan de emergencia con dos programas dirigidos específicamente a los alumnos de tercer grado:
Programa de Apoyo a la Alfabetización:
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Tutorías personalizadas de 20 minutos, dos veces por semana.
Aplicación escolar en horario de clases.
Capacitaciones docentes virtuales y entrega de materiales específicos.
Programa de Formación Docente en Alfabetización:
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Encuentros presenciales (fuera del horario laboral) y pagos.
Ocho encuentros de cuatro horas cada uno.
Destinado a escuelas priorizadas con mayores niveles de rezago lector.
Ambas estrategias buscan acortar la brecha de aprendizaje y fortalecer las capacidades de enseñanza en una etapa crítica del desarrollo cognitivo.
Alfabetización o exclusión
El Gobierno de Santa Fe reconoce que la alfabetización temprana es la base del aprendizaje posterior, y que su ausencia compromete no solo la trayectoria educativa, sino también la inclusión social y laboral futura.
“El chico que no aprende a leer no tiene ninguna posibilidad real de progresar en el sistema educativo ni de insertarse plenamente en la sociedad”, advirtió Goity. En ese marco, llamó a construir acuerdos políticos y sociales para sostener en el tiempo las políticas que buscan revertir este escenario.
Los datos del operativo de lectura funcionan como un termómetro de la desigualdad y el deterioro educativo. Y aunque el diagnóstico es crudo, la decisión política de visibilizar el problema y actuar de inmediato podría abrir un camino de mejora.