José Vignatti lo quiso siempre en el plantel sabalero. Apenas asumió como presidente en junio del 2016 lo fue a buscar, pero en ese momento Independiente no quiso negociarlo. Pero el presidente rojinegro no se dio por vencido y luego de intensas negociaciones en febrero del 2017 acordó con sus pares del Rojo la compra de Diego Vera abonando la suma de 900.000 dólares para un jugador que en ese entonces tenía 32 años.
Diego Vera: triste y solitario final
Sin dudas que una apuesta muy importante por parte de la dirigencia, entendiendo que la llega de Viruta le daba un salto de calidad al equipo. Y eso sucedió en los primeros partidos en donde el uruguayo mostró un gran nivel siendo determinante en el rendimiento del equipo y en la racha histórica de los siete triunfos de manera consecutiva en Primera División.
Fue figura en los dos Clásicos, en el primero que ganó Colón en el 15 de Abril por 2 a 0 y en el empate 1 a 1 en el Brigadier López en donde inventó el penal que terminó ejecutando para igualar el cotejo. Su primer tanto con la camiseta rojinegra se lo convirtió a Godoy Cruz en el triunfo por 1 a 0.
Y luego llegarían los tantos consecutivos ante Quilmes, Tigre y Sarmiento. No estuvo por lesión frente a Atlético de Tucumán y retornó para jugar ante Unión donde convirtió desde los 12 pasos. Así cerró su etapa goleadora con cinco tantos en los 14 partidos que disputó, ya que en los cinco encuentros finales de la temporada 2016/2017 no se anotó en la red.
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Un promedio aceptable y un rendimiento que por momentos fue muy bueno, pero que decayó en el final del torneo. Así y todo Colón clasificó a la Copa Sudamericana y en ese entonces nadie cuestionaba a Vera. Sin embargo antes de arrancar la temporada 2017/2018 se mencionó un interés de San Lorenzo y minutos antes del primer partido de Colón ante Central el delantero no quería jugar.
Lo tuvo que convencer Vignatti y finalmente esa oferta no se concretó por lo cual tuvo que seguir. Pero está claro que a partir de allí comenzó un quiebre entre el jugador y el cuerpo técnico que se fue profundizando con varias actitudes cuestionables por parte del uruguayo.
Al punto tal que en el último certamen terminó en el banco de suplentes y en varios partidos ni siquiera ingresó, mostrando en los ejercicios precompetitivos un desgano llamativo. Mientras sus compañeros trabajaban él se mostraba sentado hablando con allegados. A lo que también se sumaron algunas lesiones que cuanto menos resultaban dudosas.
De esta manera, terminó jugando 19 encuentros y marcó apenas tres goles (Banfield, San Martín de San Juan y Tigre de penal). Su último gol por la Superliga fue el 24 de noviembre del 2017 ante el Matador, en tanto que el último convertido con la camiseta sabalera fue por Copa Sudamericana ante el Zamora el 13 de febrero de este año.
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Domínguez públicamente declaraba que era un jugador importante y que sería tenido en cuenta, pero todos sabían que arrancaba desde atrás y que ya el jugador no estaba cómodo en Colón y que el cuerpo técnico tampoco se sentía a gusto con el futbolista.
Por ello, en las últimas horas se dio esta posibilidad para que el Sabalero sume al defensor Erik Godoy y para que Viruta emigre al Matador. En función de los hecho en los últimos tiempos se podrá decir que nadie extrañará la ausencia de Vera. Mientras mostró predisposición fue un jugador muy importante, pero cuando su actitud se modificó terminó siendo improductivo y contraproducente.
El fulgor del oriental apenas duro dos meses, demasiado poco para la inversión que realizó Colón y para el contrato que percibía. Por ello, no caben dudas que difícilmente Viruta quede en el recuerdo grato de los hinchas sabaleros. Llegó por la puerta grande y se retira por la ventana.