La derrota de Colón ante Chaco For Ever por 2 a 0, por una nueva fecha de la Primera Nacional, no solo dejó preocupaciones futbolísticas, sino también una serie de interrogantes en torno a una ausencia que no pasó desapercibida: la del arquero Marcos Díaz. El experimentado guardameta, que venía siendo titular en el equipo, no viajó a Chaco con la delegación sabalera. En su lugar, el joven Tomás Paredes ocupó un lugar entre los concentrados.
Por qué Marcos Díaz estuvo ausente en la derrota de Colón ante Chaco For Ever
Aunque Martín Minella habló de una molestia, versiones internas apuntan a un conflicto por la pérdida de la titularidad de Marcos Díaz en Colón.
Por Ovación

UNO Santa Fe | José Busiemi
La versión oficial de la ausencia de Marcos Díaz en Colón
El técnico interino Martín Minella, al ser consultado por la ausencia de Díaz, fue claro en su explicación oficial: “Marcos tuvo una molestia y preferimos no arriesgarlo. Viajar sabiendo que podía jugar con dolor no tenía sentido”. Sin embargo, en el programa Dale Dale Deportivo (Aire de Santa Fe), se expuso una versión muy distinta que reflejaría con más fidelidad lo que ocurrió puertas adentro del vestuario.
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Según esta información, la ausencia del arquero no se debió a una lesión, sino a una decisión personal de no formar parte del viaje, luego de que Minella lo relegara al banco de suplentes tras su floja actuación ante Mitre, donde fue responsable directo en uno de los goles del conjunto santiagueño. La decisión del entrenador de darle la titularidad a Tomás Giménez habría molestado profundamente a Díaz, quien optó por no subirse al micro rumbo a Resistencia.
Este episodio vuelve a poner el foco sobre el tenso clima interno que atraviesa Colón, que se arrastra desde semanas atrás. El propio Marcos Díaz ya había salido al cruce de versiones sobre divisiones internas en el plantel, más allá que luego se detonó el conflicto con la salida del exentrenador Andrés Yllana, tras su fuerte enfrentamiento con dos referentes: Christian Bernardi (con quien casi se van a las manos en un entrenamiento) y Emmanuel Gigliotti, envuelto en la polémica durante la suspensión del duelo ante Mitre.
El incendio que no pudo apagar Marcos Díaz
En ese contexto, el pasado 19 de junio, Díaz rompió el silencio con declaraciones contundentes: "Salgo a hablar porque se me nombra a mí y a tres compañeros, y es una mentira. Me duele. Que opinen del mal momento, está bien, pero inventan cosas para generar malestar en el hincha. Nunca vamos a reprochar nada del técnico ni de la dirigencia. De esto se sale trabajando", afirmó.
Y luego añadió sobre la relación con el cuerpo técnico: "Con ellos estamos muy bien, nos reíamos de la situación. Se trata de generar un malestar metiendo a la gente en contra. Si hay que quedarse toda la semana entrenando, lo haremos. Tenemos la misma mentalidad, Colón es el club que amo".
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Las palabras del arquero intentaban apagar el incendio, pero el último episodio parece haber echado más leña al fuego. La decisión de no acompañar al plantel por sentirse desplazado refleja que, más allá del discurso, la paz en el vestuario sabalero todavía está lejos de alcanzarse. En lo futbolístico, la caída ante Chaco For Ever complica aún más a un equipo que no encuentra el rumbo ni adentro ni afuera de la cancha.
Colón, que comenzó el año con el objetivo claro de volver rápidamente a la Liga Profesional, hoy convive con crisis deportivas, institucionales y personales. Y la situación de Marcos Díaz no es un caso aislado: es apenas otro síntoma de un presente que amenaza con alejar cada vez más al club del sueño del ascenso.