Las exportaciones argentinas de trigo de la campaña 2022/23 caerían 48% respecto al anterior ciclo como consecuencia del impacto productivo de la sequía y las heladas tardías, y se resignaría así el ingreso de 2.221 millones de dólares, estimó ayer la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
La exportación de trigo caería 48% por la sequía y al país no ingresarían 2.221 millones de dólares
Tras el último recorte realizado por la entidad bursátil a 11,8 millones de toneladas, también se ajustó la proyección de exportaciones de 8,9 a siete millones de toneladas, aunque si se toma en cuenta el volumen despachado en 2022, la merma sería de 7,5 millones de toneladas.
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De esta manera, las exportaciones de esta campaña se ubicarán en 2.379 millones de dólares frente a los 4.600 millones de dólares que se embarcaron en la 2021/22.
A la vez, “si comparamos la evolución de las exportaciones de trigo valuadas en dólares a lo largo de los últimos 10 años, vemos que las exportaciones de la 2022/23 es la más baja de los últimos tres años”, señaló la BCR.
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Por otro lado, el informe de la entidad bursátil marcó que el ajuste productivo llevó a “un stock final que se reduce a más de la mitad en comparación al ciclo actual”, por lo cual la relación entre el consumo y las existencias queda definida en un 10%.
Esto generará una situación más ajustada para el abastecimiento de cara al empalme de cosechas del próximo año. Este ratio es el más bajo desde la campaña 2016/17.
Esta situación de fuertes recortes productivos se da con mayor fuerza en la zona núcleo, donde la pérdida estimada para los productores asciende a 650 millones de dólares, considerando un rinde promedio de 15 qq/ha y 391.000 hectáreas de superficie perdida.
Por un lado, estos 650 millones de dólares se componen del valor de la pérdida adjudicada a las hectáreas perdidas (no cosechadas) debido a los efectos adversos del clima que se estiman en 307 millones de dólares; mientras que el efecto de una baja en el rinde efectivo y la consecuente caída del margen bruto registrado en las 920.000 hectáreas restantes suman otros 343 millones de dólares.