Los incendios rurales registrados durante febrero arrasaron 1.042.514 hectáreas en Corrientes, según el último informe difundido por el Instituto de Tecnología Agropecuaria de Corrientes (Inta), con graves consecuencias en el sistema productivo y las reservas naturales en sus bosques nativos, flora y fauna autóctona, especialmente de los animales en peligro de extinción de la reserva de los esteros del Iberá.
Animales afectados por el fuego: "El hombre actúa peor que el meteorito que extinguió a los dinosaurios"

Matías Rebak
Los animales autóctonos son rescatados y curados tras los incendios en Corrientes.
En diálogo con el programa Ahí Vamos (de 9 a 12 en UNO 106.3) el investigador del Inali Alejandro Giraudo, integrante del proyecto que identificará los animales muertos por el fuego, aseguró que la muerte de millares de animales ya es un hecho. “En el pantanal del Brasil, que es muy parecido a este se hizo una estimación de 17 millones de vertebrados muertos en un incendio de tres millones de hectáreas”.
“Muchas especies se van a recuperar, pero las que ya estaban amenazadas van a tener más problemas y pueden llegar a desaparecer o a tener inconvenientes en esta región”, aventuró, recordando que la mayoría de la zona quemada pertenecía al Parque Nacional Iberá y Reserva Provincial Iberá, que tiene 1.300.000 hectáreas y “era una especie de paraíso”.
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Son muchas las instituciones científicas que colaborarán para determinar el efecto de los incendios en Corrientes y Misiones, y utilizarán una app de geolocalización para agilizar el trabajo. “Estamos recorriendo las áreas quemadas en líneas rectas –contó Giraudo. Cada vez que encontramos un animal muerto tomamos una foto y eso va a un banco de datos centralizado y después con esa información se va a hacer una estimación de la mortalidad de animales que hubo”.
Fauna, flora y fuego
“Vamos a medir directamente lo que murió con el fuego, pero la mortalidad va a continuar por un tiempo”, aclaró. El daño producido en la zona afectará a los animales que escaparon de las llamas en su búsqueda de alimento, refugio y reproducción. “En general las aves escaparon del fuego, algunas sí murieron por el humo, la desorientación o por ser juveniles, pero en general se escaparon del fuego. Pero ahora van a tener que encontrar nuevos hábitats y casi todo de los ambientes están destruidos o afectados”.
Según el doctor en Ciencias Biológicas, las especies que están en mayor peligro son el yetapá de collar y tordo amarillo, pero la mayor mortandad se concentra en reptiles pequeños (lagartijas, serpientes, yacarés, iguanas) y también en mamíferos medianos y pequeños (roedores y carpinchos). “En algunos lugares donde el fuego fue muy fuerte y se esparció muy rápido hay animales grandes también como por ejemplo guazuncho o corzuelas y ciervo de los pantanos”.
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“Van a haber ambientes que se van a recuperar más rápido y va a haber poblaciones de animales que son más comunes que se van a recuperar. Los pastizales tal vez en uno o dos años tengan una recuperación visible; los bosques que se quemaron de árboles que en algunos casos son centenarios van a demorar décadas en recomponerse”, advirtió el especialista.
Crisis ambiental
Giraudo explicó que los incendios que afectaron a Corrientes y Misiones son resultado del cambio climático que trajo la sequía extrema que azota a la región hace dos años. “Si los humanos seguimos actuando así con la naturaleza no tenemos futuro”.
“Estamos provocando una extinción a nivel mundial igual a la que ocurrió cuando cayó el meteorito que llenó la atmósfera de polvo en el cretáceo cuando se extinguieron los dinosaurios y el 85% de todas las especies vivientes”, sentenció.
Y subrayó: “La diferencia del volcanismo que en esos momentos extinguió tantas especies es que los humanos estamos actuando peor que el meteorito, porque la tasa de extinción actual es de 100 a 1.000 veces más rápida que las que ocurrieron en extinciones pasadas, y provocada por una especie racional que sabe lo que hace”.
Finalmente, el experto planteó la necesidad de prevenir las catástrofes como esta, ya que, pese a que Corrientes tiene (o tenía) la forestación más grande de eucaliptos y pinos del país, no contaba con bomberos forestales y los guardaparques no tenían los elementos necesarios o en cantidad. “Necesitamos que el sector político estatal, el sector científico, el sector privado productivo y la sociedad entienda que tenemos que trabajar en conjunto por el bien común”.