Francisco Lascurain (37), el temerario conductor que en la noche del lunes provocó un choque en cadena en barrio María Selva y causó la muerte de un niño de 11 años, fue imputado este miércoles en el subsuelo de tribunales en el marco de la causa del fatal desenlace.
El autor del choque fatal de María Selva dio su versión y se comparó con "Dios"
Por UNO Santa Fe
La atribución de los hechos estuvo a cargo del fiscal que investiga el siniestro, Daniel Filippi, quien le imputó dos delitos. Por un lado "homicidio simple con dolo eventual" y como alternativa el de "homicidio culposo" por haber manejado un Toyota Etios a una velocidad cercana a los 90 kilómetros por hora.
El próximo viernes, en horario a definir por la Oficina de Gestión Judicial, se llevará a cabo la audiencia de prisión preventiva donde se debatirá si el kinesiólogo de 37 años queda detenido hasta que llegue el juicio o transita con alguna medida alternativa a la cárcel.
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El brutal choque ocurrió cerca de las 20.30 en Ángel Cassanello al 2200 cuando Lascurain, que iba a bordo de un Toyoa Etios chocó por detrás a un automóvil Chevrolet Corsa en el cual iban Walter Sueldo, su esposa, Gisela Colman y el hijo de ambos, Francisco, quien por desgracia perdió la vida horas después en el Hospital de Niños, Orlando Alassia. Además resultó embestido un Renault Kwid, cuyo conductor resultó ileso.
Dos días después de ese suceso, Lascurain fue llevado a tribunales para ser imputado y ante la jueza Rosana Carrara y pese a la negativa de su abogado defensor, Sebastián Amadeo (defensor público) quiso declarar. El resultado fue quizás el menos esperado.
La causa
En su relato, el imputado explicó que iba a bordo de su automóvil (el Toyota Etios) por Ángel Cassanello "a alta velocidad porque iba persiguiendo a un auto que lo había empujado desde atrás".
"Cuando sigo lo embisto en la parte de atrás lo que generó un deslizamiento del auto hacia el lado derecho que dio contra una vivienda", explicó. A su vez agregó que cuando salió del coche se "asomó para ver si había alguien herido".
Después indicó que cuando no vio a nadie dentro del vehículo que chocó se fue hasta la esquina. En ese momento se hizo un silencio prolongado en la sala hasta que retomó su versión y dijo que caminó "suavemente".
"En un segundo me atacaron cerca de doscientas personas con ladrillos, palos y paragolpes de autos", dijo y luego se paró en la sala para levantarse el buzo y mostrar una herida en la zona de la cadera. "Me liquidaron, me tiraron adoquines en la cabeza", llegó a contar.
Hasta ese momento el relato de Lascurain fue "coherente" y "ajustado" a los hechos. Sin embargo, su discurso cambió y empezó a contar irrealidades y cuestiones insólitas. Por ejemplo, aclaró que los supuestos atacantes no le pudieron hacer nada más por que tiene "cabeza de acero y huesos de hierro".
Luego explicó que fue hasta su casa, se desnudó y acostó boca abajo hasta que la policía lo buscó y lo arrestó. "No recuerdo otras partes del hecho más allá de eso porque después fuimos de una Comisaría a otra y realizamos trámites", sostuvo.
Finalmente, su discurso rompió todos los cabales de la coherencia cuando culminó diciéndole a la jueza Carrara: "Yo le quiero comentar que soy Dios". Los insólitos dichos fueron cortados por su abogado. "Yo soy Dios padre", volvió a repetir.
La declaración hizo que su abogado le pida a la magistrada de primera instancia que su cliente sea evaluado por la Junta de Salud Mental para analizar si Lascurain comprende los hechos que se le atribuyeron. En consecuencia, la jueza libró un oficio de análisis de la salud mental para que lo evalúen.
Prontamente, el próximo viernes deberá nuevamente pasar por tribunales donde se debatirá si queda en prisión preventiva o transita el proceso con una medida alternativa.
El único preso
Si el próximo viernes Lascurain queda bajo la medida cautelar de prisión preventiva, será el segundo caso en la ciudad de Santa Fe, desde la puesta en funcionamiento del Código Procesal Penal en 2014, que una persona va a la prisión por un accidente fatal.
El 18 de mayo del 2016, el juez Nicolás Falkenberg ordenó que Pablo Nicolás Scattone de 24 años sea alojado en un establecimiento penitenciario por sesenta días, tras haber estado un mes prófugo luego de embestir a dos jóvenes, Jonatan Álvarez y Macarena Pérez de 20 años, en la esquina de Almirante Brown y Ángel Cassanello, el 13 de febrero del 2016.
Los dos chicos que circulaban en moto en dirección sur fueron embestidos por Scattone quien circulaba en dirección norte por la Costanera y al llegar a Cassanello giró hacia la derecha de manera imprudente y chocó a los dos jóvenes. Tras el impacto, Álvarez y Pérez, volaron e y aterrizaron en la vereda. Días después murieron en el hospital José María Cullen.
Scattone huyó del lugar y se mantuvo evadido de la ley durante un mes hasta que por medio de su abogado particular, José Mohamad, se puso a disposición de la Justicia.
El 18 de mayo del mismo año, tras estar durante cincuenta días preso, Scattone acordó una pena de tres años de prisión condicional, por un juicio abreviado, como autor penalmente responsable del delito de "homicidio culposo agravado por la conducción imprudente del vehículo automotor y por ser más de una las víctimas".
En esa sentencia además se acordó que Scattone tenga prohibido por seis años conducir cualquier tipo de vehículo.