La tecnología “Lab On a Chip” o “laboratorio en un chip”, se refiere a miniaturizar un laboratorio en un único circuito integrado (Chip) con dimensiones de milímetros o pocos centímetros cuadrados que pueden caber en la palma de la mano permitiendo recrear infinidad de procesos bioquímicos a una escala microscópica. Para lograr este objetivo se necesita conjugar distintas áreas del campo científico como ser la nanotecnología, la microfluídica, la genómica y la bioinformática.
“Lab On a Chip”, el Laboratorio Bioquímico del Futuro… o Presente?
Por Valentina Fassi
En las últimas dos décadas, la microfluídica ha cobrado importante relevancia en el área de investigación como plataforma para el desarrollo de nuevos sistemas analíticos de ensayo bioquímicos portátiles (point of care), de hecho, un ejemplo ya es común entre nosotros: la detección de glucosa en pacientes diabéticos. Hoy millones de diabéticos en el mundo monitorean sus niveles de glucosa ellos mismos rutinariamente. Es ahí donde se encuentra el mayor potencial de esta tecnología denominada ”lab-on-a-chip” (laboratorio en un chip) o microsistemas de análisis total (µTAS)
Estos dispositivos permiten la manipulación de pequeños volúmenes de fluidos usualmente del orden de los microlitros o menos, lo que nos permite realizar análisis a un menor costo, obtener resultados en menos tiempo y posibilita chequear la salud de poblaciones que por zonas geográficas distantes no pueden acceder a la atención médica en los grandes centros de atención.
Si miramos el desarrollo que tuvo la genómica con el advenimiento de las nuevas tecnologías de secuenciación masiva, logrando descifrar el genoma humano, y aplicar este conocimiento para el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de enfermedades, podríamos ver un sin número de aplicaciones cada vez más frecuentes.
Una de ellas de un gran crecimiento en los últimos años está relacionada en el campo de la oncología, donde la tecnología conocida como Biopsia Líquida permite el estudio de los tumores de forma no invasiva, mediante la detección de células tumorales o el ADN tumoral circulante en el torrente sanguíneo.
La secuenciación del ADN tumoral permite identificar mutaciones específicas y recomendar tratamientos personalizados y dirigidos según cada caso a estudiar, posibilitando evaluar la respuesta al tratamiento instaurado en el tiempo y realizar el seguimiento en los casos en los casos que por la gravedad o localización del tumor no sea posible la realización de estudios tradicionales.
Una característica inherente a esta tecnología es la gran cantidad de información que se genera a partir de ella. El manejo de los datos obtenidos a partir de estos experimentos y su posterior análisis es uno de los mayores retos ante los que nos enfrentamos y para ellos es vital la Bioinformática y las herramientas que utiliza para efectuar el análisis de la información obtenida.
Todas estas disciplinas se entrelazan y nos abren una puerta a un mundo en el que el número de aplicaciones del campo bioquímico alcanzadas por esta tecnología será cada vez mayor, generando un cambio de paradigma para el cual deberemos estar preparados para dar respuesta a los desafíos que vendrán.
Por el Colegio de Bioquímicos de Santa Fe - 1ª Circunscripción