Los 50 años marcan un momento clave en la salud de las personas. Muchas de las enfermedades más frecuentes que pueden afectar la calidad de vida, y la cantidad de años que quedan por delante, empiezan a aumentar su incidencia a partir de esas edad. La buena noticia es que pueden detectarse con estudios en etapas incipientes y acceder a tratamientos que reviertan o controlen esa situación.
Los cinco estudios que hay que hacerse a los 50 años para vivir más
Es una edad clave para tener al día exámenes médicos que pueden detectar enfermedades a tiempo. Cuáles son los indispensables para hombres y mujeres
Para la mayoría de estas dolencias hay también acciones preventivas que consisten en mejorar la alimentación, evitar el sobrepeso, realizar actividad física de manera regular, no consumir drogas legales e ilegales e intentar bajar los niveles de estrés.
Estos son los cinco estudios "aliados"
1. Electrocardiograma: es un procedimiento simple, indoloro y rápido que registra la actividad eléctrica del corazón. Cada vez que el corazón late, una señal eléctrica circula a través de él. La señal activa las cuatro cámaras de este órgano para que se contraigan a un ritmo correcto y bombee sangre al cuerpo. El "electro" sirve para ayudar a detectar arritmias, cardiomiopatías (aumento del tamaño), enfermedades de las arterias, entre otras. Si el cardiólogo observa algo anormal en el resultado seguramente pedirá otros estudios específicos de acuerdo y también considerando la evaluación clínica del paciente.
2. Endoscopía y colonoscopía: se pueden realizar de manera conjunta. Son estudios que requieren sedación. El objetivo de la endoscopía es revisar la parte superior del tubo digestivo para examinar el esófago, el estómago y la primera parte del intestino delgado. Es útil para el diagnóstico de gastritis, duodenitis, esófago de Barret y cáncer de esófago, entre otras. La colonoscopía se hace para evaluar el estado del tubo digestivo bajo. Se realiza con un aparato llamado colonoscopio que ingresa por el recto y avanza por el colon hasta el intestino delgado. Ayuda a encontrar pólipos que pueden ser malignos con el paso del tiempo y extraerlos en el mismo procedimiento. También permite detectar cáncer de colon.
3. Mamografía (en mujeres): en la Argentina muchos médicos sugieren tener una mamografía antes de los 50 años. Pero en general se pide una en forma anual, desde los 50. Si hay antecedentes familiares directos de cáncer de mama en personas jóvenes deberá realizarse 10 años antes de la edad en la que la mamá o hermana tuvieron esta enfermedad. Esto significa que si la madre o hermana tuvo cáncer a los 45 años deberá comenzarse con este estudio a los 35 años. Es indispensable porque permite detectar en forma temprana un tumor maligno. La mamografía puede "encontrar" el cáncer de mama cuando el nódulo todavía no es palpable o lo es mínimamente. En estos casos se pueden indicar tratamientos menos agresivos que los que se realizan cuando el cáncer está más avanzado.
4. Control prostático (varones): generalmente se piden un análisis de sangre (antígeno prostático específico) que alerta al profesional sobre la posibilidad de que la próstata de ese paciente no esté funcionando de manera normal. Sin embargo, es importante también tener un examen rectal para observar si se producen cambios con el tiempo ya que esas modificaciones puede indicar una enfermedad maligna. Es uno de los estudios que los hombres suelen demorar hasta que no tienen síntomas, pero es importante visitar al urólogo porque se puede demorar el diagnóstico de cáncer, complicando el pronóstico.
5. Hemograma completo: es un análisis de sangre que se usa para examinar el estado general de salud y detectar una amplia variedad de problemas de salud como la anemia, infecciones, leucemia. Un hemograma mide los glóbulos rojos, que transportan el oxígeno y los glóbulos blancos, que son los que combaten las infecciones. También se analiza la hemoglobina, que es la proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno. Da información además sobre el hematocrito y las plaquetas.