Romario, uno de los mejores futbolistas del mundo durante la década de los 90, es un ídolo y una auténtica leyenda de la Selección de Brasil. Ganador del Mundial de Estados Unidos 1994, las Copas América 1989 y 1997 y la Confederaciones 1997, jugó un total de 70 partidos con el combinado nacional entre 1987 y 2005, en los que marcó 55 goles y dio 12 asistencias.
Romario, liquidó a la actual Selección de Brasil: "Mi generación tenía más hambre"
Romario, uno de los mejores futbolistas durante la década del 90, no tuvo reparos en liquidar el presente de la Selección de Brasil

Tras su retiro como futbolista profesional en 2006, se ha dedicado a otras actividades como la política, llegando a ser diputado y senador nacional. De todos modos, siempre se mantuvo ligado al fútbol en un rol de observador y analista. Palabra más que autorizada para opinar de la Verdeamarela, en una entrevista realizada este viernes con Ge Globo fulminó al seleccionado actual, que en su última presentación viene de caer por paliza 4-1 en el clásico contra Argentina.
Romario, sin vueltas en Brasil
"Mi generación tenía más hambre de ganar. Si entienden que este hambre de ganar es importante, tal vez ganen", apuntó, comparando este equipo con los que integró él. "Veo a estos atletas jugando mucho más para sus clubes que para la Selección. No sé si quitan el pie, pero la entrega es diferente. En mi época jugábamos en ambos, eso también es una diferencia", señaló en ese sentido.
A su vez, analizó lo que fue su paso por la Canarinha, la huella que dejó en la misma y la que esta el dejó a él: "La Selección es muy diferente a todo el resto. Estoy muy contento con los partidos que jugué y, principalmente, con los títulos. La Selección marcó mi carrera, siempre he dado la vida por ella", reconoció orgulloso.
"La condición física para jugar es muy importante y poco a poco la fui perdiendo. Entendí que ese era el momento ideal, por muy difícil y duro que fuese", se lamentó luego Romario acerca de su retiro. Y sentenció: "Después de parar, en los primeros meses, quizás incluso en el primer año, siempre está esa sensación de mirar atrás y pensar que podría haber jugado un poco más".