El pasado lunes 26 de agosto UNO Santa Fe informó de una reunión clave que mantuvieron el manager Francisco Ferraro y el entrenador Pablo Lavallén, en la semana posterior al porrazo que sufrió Colón, que fue vapuleado futbolísticamente por Independiente, quien le ganó por 2-0 en el Libertadores de América.
Pancho Ferraro, el responsable del gran momento de Colón
En ese momento era un secreto a voces que los dirigentes pretendían que se termine el ciclo de Lavallén al frente del plantel, debido a que el equipo solamente sumaba tres puntos en la Superliga, donde se encontraba cada vez más comprometido con la zona del descenso.
Luego de dicho cónclave, que fue la prolongación de otro encuentro que tuvieron estos protagonistas con algunos altos directivos de la institución en el día anterior, Lavallén se fue sin brindar declaraciones.
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Se dice que la tarea de Ferraro fue clave para convencer a los dirigentes de seguir apostando por el proyecto futbolístico de Lavallén, que venía no solamente muy cuestionado por los dirigentes, sino también por la gente. Es recordado en este sentido el cruce que tuvieron integrantes de su cuerpo técnico con plateistas en la parte final del encuentro ante Gimnasia de La Plata.
Llegaría entre semana el duelo ante Sol de Mayo de Viedma, el cual el DT decidió afrontar con suplentes, que hicieron pata ancha en Rafaela para pasar a octavos de final con un contundente 4-0.
En la previa de dicho encuentro brindó declaraciones el presidente José Vignatti, quien luego de la derrota de la 2ª fecha frente a Huracán tenía la clara intensión de echar al DT, incluso en los vestuarios del mismísimo Tomás Adolfo Ducó.
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El presidente se sacó el compromiso de encima y manifestó: "No tengo una mala relación con Lavallén". Sin embargo, cuando fue consultado por la continuidad del entrenador, indicó: "Yo solo soy un dirigente y tengo más ideas de números, por eso dispusimos que se sume Pancho (Francisco Ferraro) con toda su experiencia y trayectoria sea el encargado de las decisiones futbolísticas".
Y la insistencia y la defensa del proyecto que hizo Ferraro de Lavallén dieron resultados, ya que a partir de ese choque por Copa Argentina, Colón no solo que se metió en octavos de final, donde luego por penales y con un equipo alternativo pasó al durísimo Atlético Tucumán, sino que también cosechó cuatro de los últimos seis puntos en disputa ante dos rivales de jerarquía como Central y San Lorenzo, que lo hace llegar muy fortalecido a la serie ante Mineiro, donde llega con la clara consigna de meterse en su primera final de un torneo internacional.