Es muy difícil trazar un análisis del partido que animaron Unión e Hispano Americano de Río Gallegos, sin volver a hacer mención al extraordinario marco de público que tuvo el Ángel Malvicino.
La noche donde explotó el Ángel Malvicino con el básquet

Prensa Unión
La gente explotó como nunca antes el estadio Ángel Malvicino para ver la salvación de Unión.
Desde la inauguración el 20 de mayo de 1998, el escenario tatengue con el básquet acogió diversos eventos importantes: Top 4, Súper 4 con la Selección Argentina, inauguraciones de Liga Nacional y hasta lo más fresco: el Mundial U18.
En cada uno de los torneos antes citados, nunca la capacidad llegó a lo que fue este miércoles 11 de mayo. Desde muy temprano se fueron formando colas de casi 200 metros de gente que pugnaba por ingresar al estadio mundialista.
Cuando Fabricio Vito, Alejandro Chiti y Raúl Sánchez dieron inicio al duelo, gente agolpadas en las bocas de acceso a los sectores populares eran parte de una escenografía nunca antes vista.
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Incluso la dirigencia de Unión, con buen tino, colocó plateas a nivel campo, enfrente de los bancos de suplentes, como también debajo de cada canasta, con un sector reservado para la enorme cantidad de medios acreditados para la ocasión. Y ya con el partido en marcha, se abrieron las puertas para que más gente ingrese detrás de los aros.
Indudablemente, más allá del pueblo tatengue, el básquet de Santa Fe y la región dijo presente, refrendando que la plaza de la ciudad en la elite es importante. Antes hubo que esperar 34 años para dejar de añorar las épicas noches de la Universidad Tecnológica.
Ahora es importante, con el objetivo consumado, que esa comunión se pueda extender en el tiempo cuando a partir de septiembre, el equipo santafesino dispute su quinta temporada en la elite, la segunda al hilo en el segundo proceso.