Ahora sí, el capítulo final de la Generación Dorada quedó escrito. A los 43 años, Carlos Delfino anunció su retiro del básquet profesional, cerrando una era que marcó la historia del deporte argentino. El santafesino, último integrante en actividad del legendario equipo campeón olímpico en Atenas 2004, decidió dar un paso al costado luego de una extensa y brillante carrera.
Fin de una era: Carlos Delfino anunció su retiro del básquet profesional
A los 43 años el santafesino Carlos Delfino anunció que no jugará más de manera profesional, siendo el último campeón olímpico en Atenas 2004 en dejar la actividad.
Por Ovación
Fiel a su estilo discreto, sin homenajes ni grandes anuncios, Delfino comunicó su decisión en diálogo con Doble Doble: “Llegó el momento que pensé que no iba a llegar, cuando empecé a poner excusas para ir a entrenar. No tenía ganas, y dije ‘es ahora’. Me siento en paz porque pude elegir cuándo dejarlo. Sufrí muchas lesiones y estuve cuatro años sin jugar, pero terminé como quise”, expresó con emoción el escolta santafesino, que ya cuenta con el título de entrenador.
De Sunchales al mundo
Delfino inició su carrera profesional en Libertad de Sunchales en 1998, y desde allí comenzó un recorrido que lo llevó a destacarse en el básquet europeo y en la NBA, donde disputó más de 500 partidos vistiendo las camisetas de Detroit Pistons, Toronto Raptors, Milwaukee Bucks y Houston Rockets. Fue además el primer argentino elegido en la primera ronda del Draft 2003.
Su último paso como jugador fue en Benedetto Cento, de la segunda división italiana, donde completó dos temporadas antes de decidir su retiro.
Una carrera marcada por la gloria y la resiliencia
Con la camiseta de la Selección Argentina, Delfino fue parte de una generación irrepetible. Fue campeón olímpico en Atenas 2004, medalla de bronce en Beijing 2008, campeón de la AmeriCup en 2011 y 2022, y campeón sudamericano en 2004.
A lo largo de su carrera debió sobreponerse a múltiples lesiones que lo alejaron años de las canchas, pero siempre regresó, demostrando su compromiso y amor por el juego.
Con su retiro, Delfino cierra definitivamente la etapa más gloriosa del básquet argentino, aquella que llevó a la celeste y blanca a la cima del mundo. Un símbolo de talento, carácter y perseverancia, que deja su legado tanto dentro como fuera de la cancha.
















