Rubén Rézola es un deportista santafesino orgullo del Club Náutico El Quillá pero también del país deportivo. También es motivo de satisfacción que la ciudad de Santa Fe tenga un deportista de la calidad de Rézola, nacido el 21 de abril de 1991, y que en la actualidad tiene 30 años. El palista que integra la selección argentina de canotaje, viene de competir en los Juegos Olímpicos de Tokio, pero anteriormente lo hizo en Londres 2012, y en Río de Janeiro 2016. En 2019 fue medallista en los Juegos Panamericanos de Lima, y se ha destacado en la prueba de kayak individual en 200 metros.
"La posibilidad de estar en los próximos juegos está"
Tras competir en Japón y en Rusia, donde fue invitado especialmente, Rézola disfruta de unas vacaciones en la ciudad de Santa Fe, y la oportunidad sirvió para que el Club El Quillá le haga un reconocimiento, porque no es habitual tener un deportista de semejante capacidad, y que haya participado en tres juegos olímpicos. En la crónica del reconocimiento que se realizó el fin de semana, ya se hizo mención a la importancia de la plaqueta que recibió, y ahora hay que mirar un poco al futuro, y saber que será de la vida deportiva del Tiburoncito santafesino.
"Todavía no se si voy a estar en los próximos Juegos Olímpicos, es un ciclo muy corto, la posibilidad está, lo único que es un gran desafío es cambiar de distancia porque los 200 metros ya no van a estar. Seguramente también voy a tener que pelear para estar arriba de un bote de equipo, porque será 500 metros, y no habrá bote individual" expresó Rubén Rézola a UNO Santa Fe.
El palista santafesino manifestó que "entonces habrá dobles o cuádruple, y es un desafío más, tengo que evaluarlo, todavía estoy de vacaciones, y tengo la cabeza ahí en eso, con lo cual cuando tenga la mente más puesta en eso, con entrenamientos, voy a poder aclarar mis pensamientos y mis próximos objetivos".
A cerca de que será más complicado, si llegar a esos 500 metros o encontrar la pareja para el bote, destacó que "es más difícil encontrar la pareja ideal, es una distancia que me gusta, así que no tengo ningún límite para no afrontarlo. Hay que conseguir un buen compañero, obviamente, tanto el otro como yo. Aparte vengo de los 200 metros, no va a ser fácil. Es una distancia que me gusta, pero hay que esforzarse, porque es un entrenamiento diferente".
En el mismo sentido agregó que "la elección puede ser de común acuerdo con el otro atleta, o bien generalmente puede también ser de ayuda el ojo del entrenador, para ver quien puede llegar a subirse arriba de un doble, o arriba del de cuatro. El bote de cuatro es más probable que tenga una mejor visión el entrenador. Pero el doble, como son dos, se involucra mucho la relación que hay con tu compañero".
Un descanso activo sin apresuramientos
Tras haber competido en Tokio, y luego ser invitado a un campeonato en Rusia, Rubén está volviendo lentamente al lago del parque del Sur a entrenar. Sobre esta cuestión el triple olímpico consignó que "le llamo un descanso activo. No tengo horarios, hay veces que si quiero no vengo, capaz que empieza el día y no tengo ganas de hacer nada, y termino saliendo a correr, o algún amigo me dice salgamos a correr y lo hago".
"Al gimnasio voy solo, y acá con los chicos coordino que día van a remar, y cuando estoy de vacaciones hago lo que los chicos hacen. Un poco los acompaño, entreno con ellos, y, además, algunos están muy bien entrenados, me agarran un poco dormidos y no los veo más" señaló en el mismo sentido el palista del Club Náutico El Quillá.
"El lago acá está pesado, porque está bajo, hace bastante tiempo que vengo haciendo el reclamo, que ojalá eleven el nivel, porque tenemos el muelle apoyado en la tierra, y nos costó mucho poder conseguirlo. La Municipalidad, no sé qué sector, está encargada de mantener el nivel, pero no sé qué problemas hubo con las bombas, y quedó solamente la que extrae agua del lago hacia el río" sostuvo Rézola a cerca del estado del lago que forma parte del colorido parque general Manuel Belgrano.
También remarcó que "lo que habría que hacer ahora es oxigenarla para que se mantenga limpio. Tener un buen nivel acá en el lago sería de mucha utilidad, ahora que los 500 metros van a ser más imponentes en pruebas internacionales, el lago es el lugar ideal para entrenar, y ojalá que se lo pueda mantener, no es mucho lo que pedimos".
No caben dudas que El Quillá es la segunda casa de Rubén, un deportista de elite, pero con mucho corazón y muy agradecido. "Hubo momentos que me conocía cada planta del lago, a medida que iba entrenando decía, estoy por acá, me falta tanto, aunque sea para poder hacer una fracción, y tener donde focalizar la mente en los entrenamientos, sobre todo los más duros. Por eso te digo que lo conozco muy bien al club. Y que me den este reconocimiento es alimentar la ilusión de un nuevo juego olímpico. No me imaginé nunca tener grabado en una plaqueta mi presencia en tres juegos olímpicos. Es un honor para mí que el club me brinde esta distinción, y que estén ahí siempre acompañándome en lo que se pueda".