El 17 de septiembre de 2019 a las 16 se conocía la triste noticia del fallecimiento en el Hospital Cullen de Julio Cabal, de 29 años, un comerciante que había recibido un balazo en el tórax al intentar impedir el robo en su local, una fiambrería ubicada en Urquiza al 3300.
A un año del crimen de Julio Cabal, el emotivo recuerdo de su madre
Ese mismo día y producto de la ola de inseguridad, la ciudad de Santa Fe se unió en una marcha multitudinaria, pidiendo justicia, algo que se iba a repetir tres días después con el asesinato de otro joven, Maxi Olmos a quien mataron luego de robarle la moto.
Por el asesinato de Cabal, hay un detenido, un hombre de 23 años, Juan Cruz Gambini, quien fue imputado el delito de “homicidio doblemente calificado por el uso de arma de fuego y criminis causae” y “tentativa de robo calificado con arma de fuego”.
Luego el juez Octavio Silva dispuso que Gambini permanezca detenido, con prisión preventiva hasta que la causa avance a juicio.
El recuerdo de su madre a un año de su muerte
María Inés escribió una carta en donde cuenta cómo fue este año sin su hijo:
La prueba más dura que me tocó superar este año fue el silencio: tu silencio.
En marzo habíamos vuelto a conectar… a tener charlas interminables que ya no están. También había aceptado que eras feliz haciendo lo que hacías: ayudando al proyecto familiar para poder tomarte una birra los fines de semana en algún “reci” con tus amigos. No querías ser psicólogo, pero lo fuiste… Ayudaste a muchos de tus amigos a enfrentarse con sus miedos y a tomar decisiones importantes. Muchos de ellos pasaron todo este año durísimo acompañando mi tristeza. A algunos de ellos apenas los conocía, pero ellos se acercaron y debo decir que me están “salvando”.
Tam me invitó a escribir. Acá estoy. No creo llegar ni cerca de tu talento, pero lo intento.
El 2015 entre el accidente y la partida de Josefina a vivir a Francia había sido un año terrible. Obvio que si algo sale mal, seguro puede ser peor… y lo fue.
Año 2019, un 17 de septiembre. El día que te íbamos a dar la alegría de sacarte de encima a tus viejos y poder tener tu departamento, la muerte se cruzó en tu camino. A mediodía, cuando tendríamos que haber estado celebrando tu independencia, estábamos en el hospital esperando el milagro que no sucedió.
Seguramente quisiste explicarle al pibe que entró a robar que lo pensara, que eras un laburante, que nunca bajabas los brazos a pesar de las dificultades. Jamás entenderé por qué las cosas sucedieron así.
Después, el aturdimiento que producen los silencios.
Funcioné en piloto automático desde ese día, ya hace un año.
Alegre. Tranquilo. Pacificador. Pensante. Cuestionador. Rebelde. Sonriente. Sincero. Justo. Reflexivo. Creativo. Siempre con una palabra de aliento, con una poesía, una guitarra, y por supuesto, una cerveza y un pucho.
No le pedías nada más a la vida. Te alcanzaba con poco para ser feliz. Alguna vez me dijiste que tenías mucho más de lo que necesitabas. Me costó entenderte y me cuesta más ahora. Espero el “AY! Mamá!!!”, lo extraño horrores.
Dicen que el tiempo ayuda. Creo que no. Siento tu ausencia profundamente. Miro tus fotos siempre mirándome. Resulta tan fuerte no poder abrazarte.
Lo más importante que hice este año sin vos es aprender que no puedo hacerlo.
El recuerdo hoy
El escenario del coronavirus hizo que este año no se pueda hacer una marcha para recordarlo y seguir pidiendo justicia, pero la familia y los amigos pidieron recordarlo a través de las redes sociales con mensajes, fotos y video.