Un febrero con pocas lluvias fue lo que se vivió en Santa Fe y toda la región, con la preocupación del agro producto de que ya se registran diferentes grados de pérdidas de cultivos que no se condicen con la "cosecha récord" que se vaticinaba producto de la llegada del Niño.
Especialistas destacan que el Niño está "debilitado" y afirman que "no hay condiciones para una cosecha récord"

Por Matías Albani

La Niña: el campo se beneficiará con las lluvias de verano para los cultivos.
En este sentido, el ingeniero Eduardo Sierra, especialista en Agroclimatología, afirmó a este medio que "hay un Niño debilitado con una situación que no es propicia para una súper cosecha".
La ola de calor que se posicionó en la región hace unas semanas golpeó a la soja en el peor momento. El estrés termo hídrico superó las capacidades del cultivo y como resultado el rinde promedio de la soja se cayó cinco quintales por hectárea, pasando de 41 a 36 quintales. Con estos números, al momento se estima que la producción en la región se redujo en un 14% a las estimaciones de hace un mes atrás.
"Estamos con un Niño que normalmente produce lluvias fuertes sobre el litoral pluvial, pero este Niño viene luego de tres episodios de la Niña seguidos. Las campañas 2020/2021, 2021/2022 y 2022/2023 vinieron con episodios de la Niña bastante fuertes y dejaron una secuela, teniendo en cuenta que por más que haya una fase de Niño aún la Niña tiene influencias muy grandes", afirmó Sierra a este medio.
Lo que quedó particularmente, mencionado por el profesional consultado, es un "bloqueo atmosférico". Sobre esto, Sierra agregó: "Estos últimos años de Niño vienen cada vez más leves, hay un proceso climático que está haciendo retroceder las lluvias".
La estimación de febrero publicada por la Bolsa de Comercio de Rosario tiene en cuenta un ajuste en el área nacional de siembra de 100.000 hectáreas menos. Con una superficie sembrada de 17,3 millones de hectáreas, 8,3% más que el año pasado, y un rinde promedio nacional de 29,9 quintales por hectárea, se estima una producción de 49,5 millones de toneladas. De esta manera, la nueva campaña superaría en 19,5 millones de toneladas al malogrado ciclo anterior (20 millones de toneladas), pero no sería de la magnitud que se vaticinaba.
Pronunciándose sobre las estimaciones de la cosecha en relación al clima, Sierra manifestó que "las lluvias son muy "manchoneadas", por lo que creo que no hay una situación propicia para que haya una súper cosecha".
"Este no es un año seco como lo fueron 2022 y 2023, pero tampoco es un año como lo fue 2002 o 2003 hace veinte años. Es un año en donde hay zonas que están sufriendo mucho, otras que están bien, otras que no tanto, no se sabe a ciencia cierta que volumen de cosecha se espera para esta campaña pero creo que la cosecha récord de la que habla todo el mundo sin ningún fundamento no está, esto se ve con las estimaciones", continuó el especialista.
Siguiendo con su explicación, el profesional afirmó: "La Argentina tiene un ciclo de lluvias que pasa por fases positivas y fases negativas. En cuanto a las fases positivas, hubo una bastante intensa que se mantuvo vigente desde 1980 hasta 2007. En esa franja se produjeron inundaciones importantes, con un pico en 2002/2003 y en 2006/2007. A partir de 2007 volvieron los vientos polares que no dejan entrar la humedad desde el norte, estabilizan la atmósfera, por lo que estamos en una etapa de retroceso o negativa".
"Por todo esto, este Niño está muy debilitado. No es que no se trata de un fenómeno del Niño, pasa que está debilitado porque se alternan entradas de aire seco y caluroso pero de repente viene una invasión de aire polar que hace llover un poco y luego vuelve a estar seco", concluyó.