Un ataque de Rusia contra la estación de tren de Kramatorsk, en el este de Ucrania, ha matado al menos a 39 personas y herido a 87 cuando cientos de civiles intentaban trasladarse a zonas más seguras del país, según ha informado la compañía ferroviaria estatal. Esta empresa ha señalado que han sido dos proyectiles los que han alcanzado la estación de esta ciudad. Kramatorsk, de alrededor de 165.000 habitantes, situada al norte de la región de Donetsk, en Donbás, se ha mantenido bajo control de Kiev pese a los intentos de conquista de los rebeldes separatistas prorrusos desde el alzamiento de 2014. “Es una maldad sin límites”, ha denunciado el presidente ucranio, Volodimir Zelenski, sobre el ataque. El Kremlin, que desde el pasado 25 de marzo ha situado como prioridad en su estrategia militar la conquista de Donbás, ha negado la autoría del ataque.
Ucrania: al menos 39 muertos en un ataque ruso a una estación de tren repleta de civiles
Kramatorsk está situada a solo una veintena de kilómetros de Sloviansk, punto clave en el corredor militar que Moscú quiere establecer desde Jarkov hacia Donbás. Las autoridades locales de la zona han instado en los últimos días a los civiles a que se vayan mientras sea posible y seguro. Frente a la estación de Kramatorsk, según las fotografías y videos llegados de la prensa desplazada a la zona y de usuarios de las redes sociales, se veían varios automóviles carbonizados y los restos de un misil. El lugar estaba sembrado de maletas abandonadas, vidrios rotos y escombros. El interior de la estación estaba cubierto de sangre.
Zelenski ha expresado su condena al ataque a través de su perfil de Telegram. “Están destruyendo cínicamente a la población civil”, ha dicho el presidente ucranio. “Si no se castiga, nunca se detendrán”. Zelenski ha apuntado además, en una videocomparecencia ante el Parlamento de Finlandia, que en la central ferroviaria alcanzada por los proyectiles no había presencia de militares ucranios. El alcalde de Kramatorsk, Oleksander Honcharenko, ha estimado que en torno a 4.000 personas, sobre todo, mayores, mujeres y niños, esperaban en la estación la llegada de los trenes.
El brutal ataque contra la población civil coincide con la visita que realizan a la capital ucrania, Kiev, el alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Borrell ha condenado “enérgicamente” el lanzamiento de misiles contra la estación de Kramatorsk y ha manifestado que se trata de un “nuevo intento de cerrar las rutas de escape para los que huyen de una guerra injustificada, causando sufrimiento humano”.
La matanza se produce cuando las autoridades ucranias aún tratan de contabilizar los civiles muertos tras el paso y retirada de las tropas rusas en localidades al norte de la capital, como Bucha, símbolo ya de la barbarie de la invasión ordenada por Vladimir Putin, pero también Irpin o Borodianka.
Tres trenes que transportaban evacuados quedaron precisamente bloqueados en la región de Donetsk el jueves, después de otro ataque aéreo. La ONG Médicos sin Fronteras había puesto en marcha una línea para trasladar precisamente desde Kramatorsk a civiles necesitados de atención sanitario con destino a Lviv, en el oeste del país. “Estuvimos allí ayer y vimos a cientos de personas abarrotando la estación, tratando de irse”, ha manifestado en Twitter Christopher Stokes, coordinador de Emergencias de esta organización.
Según la información de MSF, la mayoría de trasladados a través de su tren medicalizado provenían de Sievierodonestk y otras ciudades de Lugansk, en la región del Donbás. Otra de las organizaciones presentes en Kramatorsk es World Central Kitchen, fundada por el cocinero español José Andrés. Su jefe ejecutivo estaba cerca de la estación cuando tuvo lugar el ataque. Según ha contado a BBC, se escucharon entre cinco y 10 explosiones. “Uno de nuestros muchachos en el almacén de alimentos”; ha declarado Mook, “dijo que había visto a las defensas aéreas ucranianas interceptar uno de los cohetes. Eran misiles”.
Las fuerzas rusas han negado la autoría del bombardeo contra los civiles que aguardaban en la estación, y han calificado las informaciones de “provocaciones”. El Kremlin ha negado haber atacado a civiles desde que inició su invasión de Ucrania el 24 de febrero. En este mismo sentido, las milicias prorrusas de Donetsk han acusado a Kiev del ataque. “El ejército ucranio ha atacado con cohetes Kramatorsk”, según ha recogido la oficina de defensa territorial de las milicias, citada por la agencia rusa Interfax.
Según los separatistas, el ataque fue llevado a cabo con misiles tácticos Tochka-U, cuyos fragmentos cayeron en las inmediaciones de la estación del tren. Varias fuentes progubernamentales rusas han afirmado en Telegram que los ejércitos rusos no tiene a su servicio misiles Tochka-U. En los restos de uno de esos misiles encontrados junto a la estación de Kramatorsk se podía leer la frase escrita en ruso “por nuestros niños”.