Lunes 29 de Marzo de 2021
Las rachas están para romperse y este Colón de Eduardo Domínguez está decidido a hacerlo constantemente. El triunfo como visitante ante Platense abrió varios espectros. Por un lado, volvió a la senda triunfal tras el empate de local ante Rosario Central; estiro la brecha en la cima de la zona A de la Copa de la Liga Profesional y, por si fuera poco, dio vuelta un resultado adverso por primera vez en este segundo ciclo del entrenador.
Era quizás una de las deudas pendientes de un equipo que por ahora se muestra implacable y que tuvo algunos nubarrones en el estadio Brigadier López. Si se contabiliza la pasada Copa Diego Maradona, en gran parte de los encuentros había comenzado arriba en el marcador.
Después, siempre que empezó perdiendo no lo pudo dar vuelta. En el torneo anterior perdió ante Independiente (2-1), Gimnasia (2-0) y Talleres (2-0). La particularidad es que todos fueron en Santa Fe. También cayó con Banfield, pero se había puesto arriba con un golazo de Pulga Rodríguez.
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Mientras que el restante duelo se dio en esta temporada y fue ante Argentinos Juniors –el rival justamente del domingo por la 8ª fecha– por la Copa Argentina 1-0, con tanto de Gabriel Ávalos.
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Entonces, este triunfazo ante Platense fue otro paso adelante para Colón, que mostró personalidad y con un Eduardo Domínguez que encontró soluciones en el banco de relevos. Desde ya, esto no es una casualidad sino una causalidad, porque el trabajo se viene sosteniendo y solo era cuestión de dar en la tecla con algunas cosas para que se mejoren algunos aspectos.
En este caso, sobreponerse a la adversidad y en la casa del Calamar, después del gol de Facundo Curuchet, se plantó en campo ajeno y se llevó por delante al rival para ganarlo y terminar con el maleficio.
