La imagen del vicepresidente de Colón Horacio Darrás esposado y detenido genera un impacto cuyas secuelas resultan inimaginables. Es la síntesis del momento que vive la institución sabalera, en plena descomposición y desconociendo lo que puede suceder a futuro.
Días de furia: la crisis en Colón explotó en el corazón de la dirigencia
El martes pasado un grupo de 30 personas pertenecientes a la barra ingresaron al predio para apretar a los jugadores, reclamándoles dinero, camisetas y pidiendo que ganen. La charla no fue en términos amistosos ni mucho menos, existieron amenazas y algunos empujones.
El hecho fue realmente gravísimo ya que lo hicieron con total impunidad y sin que nadie pudiera evitarlo. A partir de allí Colón fue un polvorín, con jugadores teniendo que declarar y suspendiendo el entrenamiento, ya que no contaban con garantías. Y con la dirigencia sacando un comunicado repudiando los hechos dos días después.
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Colón comenzó a quemarse y el fuego los alcanzó a todos, lo deportivo repercutió en lo institucional y hoy nadie está a salvo. Y las imágenes de los últimos días nos remontan a los episodios caóticos que se vivieron en el final de la gestión de Germán Lerche. No tanto por lo deportivo, sino por el contexto institucional y por la repercusión nacional que tuvieron los hechos.
Es muy grave lo que pasó y habla a las claras de una crisis dirigencial que se está llevando puesto al club. Colón está a la deriva no solo en lo futbolístico, sino también en lo institucional. Y la realidad es que no parece tener una solución en lo inmediato.
El escándalo los salpicó a todos, Colón es noticia a nivel nacional pero no ya por ser campeón, sino porque la barra apretó a los jugadores y porque fueron detenidos dos dirigentes. Algo inusual y que debe tener muy pocos antecedentes en el fútbol argentino, al menos en lo inmediato. Una foto que recorre todos los medios y un archivo que será indeleble.
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Más allá de lo que suceda en este caso con las imputaciones que puedan caberles a los dos directivos, lo cierto es que Colón está en crisis. Pasó de ser un club campeón y en el que los jugadores querían quedarse a este presente en donde nadie quiere venir y otros pretenden escapar.
A la dirigencia el club se les fue de las manos y las consecuencias están a la vista. Colón jugará este lunes a puertas cerradas con motivo de los allanamientos y las detenciones. Una vergüenza y un cachetazo para los hinchas que no podrán alentar a su equipo.
Lo que venga de aquí en adelante es toda una incógnita, pero nadie puede dudar que estos hechos dejarán secuelas importantes. No es un episodio más ni mucho menos, es todo un símbolo del momento que atraviesa un Colón que está en llamas y con el fuego que lo va cercando lentamente.