Colón jugó su último partido el lunes 24 de octubre ante Rosario Central, luego del mismo, el plantel fue licenciado y retomó los entrenamientos el martes 29 de noviembre. Pero ese día, el Pulga Rodríguez no se hizo presente y su representante manifestó varias veces que no jugaría más en Colón y que la decisión no tenía marcha atrás.
El Pulga Rodríguez y el juego que peor juega
Sin embargo, este jueves 5 de enero, es decir 37 días después, Luis Rodríguez apareció en el predio 4 de junio para sumarse a los entrenamientos, aunque la realidad indica que el DT Marcelo Saralegui no lo tendría en cuenta. De esta manera, el jugador se entrenaría aparte y no viajaría con destino a Uruguay.
La vuelta del Pulga no es por una cuestión de convicción, sino por obligación y es que tiene por delante un año de contrato y al no llegar a un acuerdo para rescindirlo, debe cumplir con el mismo. No hubo acuerdo entre los abogados que representan al jugador y los que defienden los intereses del club.
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Estas idas y vueltas son una constante en el jugador, que pareciera empeñarse muchas veces en ponerse a los hinchas en contra, teniendo todo para ser ídolo. A esta altura está más que claro que una cosa es el Pulga dentro de la cancha y otro fuera de ella.
En el verde césped es un jugador de notable jerarquía y que le dio muchísimo a Colón, formando parte y siendo figura del equipo histórico que se consagró campeón. Pero toda esa claridad que muestra cada vez que toca el balón, desaparece fuera de la cancha. Cuando no juega, se muestra ambivalente y dubitativo.
Sus actitudes generan confusión y abren interrogantes constantes. Con el Pulga nunca hay certezas, amaga para un lado y sale para el otro. Pero lo preocupante es que lo hace de manera reiterada, no es la primera ni la segunda vez que intenta irse de Colón.
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Después de perder la final de la Copa Sudamericana en noviembre del 2019 deslizó la chance de salir. Luego en el inicio del 2021 intentó rescindir su contrato, pero se quedó y fue campeón con Colón. En ese mercado de pases, negoció para seguir, pero de repente se fue a Gimnasia. Y a principios del 2022, volvió al Sabalero y un año después quiere marcharse.
En esta ocasión, pasó más de un mes sin presentarse a los entrenamientos, con contrato vigente. Indudablemente muy mal asesorado por su representante Roberto San Juan, forzó su salida intentando rescindir el contrato sin dejar ningún dinero. La negativa que recibió lo hizo volver sobre sus pasos.
Ningún jugador por importante que sea puede ponerse por encima de un club y eso es lo que muchas veces hace el Pulga, buscando crear sus propias reglas. Tira de la cuerda hasta donde puede, como si siempre estuviera probando qué hay del otro lado.
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El destino dirá cual el el futuro del Pulga, pero a esta altura lo cierto y concreto es que el oriundo de Simoca le sumó un capítulo a la novela que lo tiene como artista principal. No caben dudas, que podría ahorrarse la bronca de muchos hinchas que lo idolatran cuando juega pero que lo reprueban cuando se maneja de esta forma.
Por su talento y carisma, Luis Miguel Rodríguez tiene todo para ser ídolo de Colón. Pero se empeña en no terminar de serlo, precisamente por lo que hace fuera del terreno de juego. El día que el Pulga se vaya debería hacerlo por la puerta grande y con alfombra roja, pero por sus manejos, está más cerca de hacerlo por la ventana.