Explotó Eduardo Domínguez y las consecuencias recién se sabrán con el tiempo, si existe una frase hiriente en el fútbol es precisamente la que soltó el entrenador en la noche del Tomás Adolfo Ducó cuando delante de la vista de todos gritó "cagones, son cagones" en referencia a sus futbolistas.
Esta vez a las palabras no se las lleva el viento
Jamás se lo había advertido en estos dos años que dirige a Colón de esa forma, un técnico que precisamente mantiene la compostura y que es muy difícil notarlo "sacado" como sucedió esta vez.
Solo Domínguez sabe porqué actuó así y seguramente cuando lo haya observado en su casa se habrá arrepentido. La repercusión de esta frase fue muy grande y se terminó hablando más de eso que de la propia derrota.
Te puede interesar
"Es una situación delicada y es inaceptable lo que pasó"
Los jugadores intentaron minimizar la cuestión y hasta el propio Franco Zuculini lo justificó al técnico, pero está claro que nada es gratuito y que puertas adentro esta frase le cayó muy mal a los jugadores dado que los dejó extremadamente expuestos.
Además en esa frase "Son unos cagones", el DT no se incluyó y ese es otro motivo de distancia con los jugadores. Como si el partido únicamente lo terminaron perdiendo aquellos que ingresaron al campo de juego y no el entrenador que también se equivocó y mucho con los cambios realizados.
Es verdad que en la breve charla con la prensa Domínguez admitió "haber leído mal el partido" pero parece muy poca autocrítica si se la compara con su exabrupto en donde sepultó a sus dirigidos.
Te puede interesar
El uno por uno de Colón en la insólita derrota ante el Globo
Será fundamental el primer cara a cara que tenga el técnico con los jugadores en la vuelta a los entrenamientos. Allí tendrá que haber una charla descarnada en la que todos expongan su punto de vista y como primera medida el pedido de perdón por parte de Domínguez.
Hasta aquí nadie puede dudar que los jugadores bancaban al técnico y que más allá de los resultados nunca se advirtió desgano ni falta de compromiso por parte del plantel hacia el cuerpo técnico.
La buena relación era el denominador común y todos estaban consustanciados con el proyecto deportivo salvo algunos jugadores que precisamente Domínguez se encargó de ir dejando en el camino como el caso de Diego Vera, Pablo Ledesma y ahora se podría incluir a Alan Ruiz.
Te puede interesar
"Hay que aprender de esta derrota"
Pero ahora habrá que ver qué sucede, si se hace borrón y cuenta nueva o si quedan resabios de esa durísima frase que tiró con las pulsaciones a mil pero que de ninguna manera son justificables.
Matías Fritzler y Mariano González lo conocen bien de su paso por Huracán y seguramente sean quien dialogarán con el técnico en estas horas que asoman complejas para calmar los ánimos.
Los futbolistas son los primeros que saben que están en deuda, pero a nadie le gusta que los "trapitos sucios se laven afuera", puertas adentro todo vale, pero ante la vista de todos obviamente que no.
Te puede interesar
La calentura de Domínguez: "Son unos cag…"
Domínguez se equivocó y muy feo y el gran interrogante pasa por saber si habrá olvido y perdón por parte de los jugadores. Ambos están en deuda, los futbolistas por lo hecho dentro del terreno y el DT por lo que hizo afuera.
El espejo se rajó, será tarea de todos (cuerpo técnico, jugadores y dirigentes) tratar de que no se rompa del todo por el bien de Colón. No será sencillo pero urge hacerlo.