El 2025 fue un año complejo en Colón, marcado por los vaivenes deportivos, los cambios de entrenadores y la decepción deportiva. En medio de ese contexto, el club volvió a mirar hacia sus divisiones inferiores y varios jóvenes tuvieron la oportunidad de cumplir el sueño de debutar en la Primera Nacional.
¿Por necesidad o convicción? Los pibes de Colón que debutaron en la Primera Nacional
Varios juveniles de Colón se presentaron en la Primera Nacional en un contexto adverso que, en la mayoría de los casos, evitó que se afirmen. El repaso
Por Ovación

UNO Santa Fe | José Busiemi
El proceso se había iniciado con Ariel Pereyra, quien apostó fuerte por las inferiores y decidió abrirles la puerta a varios juveniles. Su idea era clara: construir un proyecto a largo plazo, con identidad y una base sólida de jugadores formados en el club. Sin embargo, el plan no pudo sostenerse. Las urgencias de los resultados, los cambios constantes y un entorno cada vez más exigente pasaron factura.
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En ese escenario adverso, los debuts se sucedieron más por necesidad que por convicción. Con referentes de flojo rendimiento y un equipo sin estabilidad, muchos chicos saltaron a la cancha sin el acompañamiento ideal ni el respaldo de un contexto que favoreciera su desarrollo. La presión y la inestabilidad pesaron más que la ilusión y ninguno logró consolidarse ni mostrar todo su potencial.
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Los pibes que debutaron este año en Colón
Los nombres de los que tuvieron su anhelado estreno como profesionales fueron tras el relevamiento de unosantafe: Lautaro Laborié (tres partidos), Tomás Paredes (tres), Tomás Gallay (12), Agustín Giménez (11), Zahir Ibarra (ocho), Conrado Ibarra (nueve), Bautista Maillier (uno), Iván Ojeda (tres), Matías Córdoba (10), Kevin Colli (seis, llegó desde libre desde River) y Lautaro Gaitán (seis).
Colón traviesa una etapa donde el desarrollo juvenil necesita planificación, paciencia y respaldo institucional. Las inferiores siguen produciendo jugadores con condiciones, pero la experiencia de 2025 dejó en claro que sin estabilidad deportiva ni objetivos claros, las apariciones aisladas difícilmente se transformen en consolidaciones.
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El desafío de cara al futuro será reconstruir ese puente entre las inferiores y la Primera, no solo para darles minutos a los chicos, sino para sostener un proyecto que los contenga y potencie. Porque detrás de cada debut hay una historia de esfuerzo y formación, pero también la necesidad de un club que los abrace y les dé continuidad.