La vuelta de Colón al Brigadier López terminó en festejo, en un partido que por momentos el elenco sabalero lo sufrió. El penal ejecutado con mucha categoría por Ismael Blanco selló un resultado que de justicia tuvo poco, pero que indudablemente lo pone al Sabalero en una posición inmejorable en este arranque de campeonato.
Un dulce reencuentro
Por Virginia Giaime
No caben dudas que con tres fechas jugadas, el equipo conducido por Paolo Montero luce mejor en la tabla que en la cancha y el partido de anoche es una muestra. En un cotejo discreto en el que Colón generó muy poco en ataque aprovechó un error del asistente Diego Romero, quien le dijo al árbitro Facundo Tello que la infracción a Christian Bernardi por parte de Carlos Quintana había sido adentro del área, cuando anteriormente el juez había sancionado tiro libre.
De esa equivocación llegó el tanto rojinegro con una certera definición del Sungui que no dudó y disparó cruzado para dejar sin chance al arquero de Talleres Guido Herrera. Encima el elenco cordobés se quedó con un hombre menos por la expulsión del marcador central Carlos Quintana.
A partir de ese momento, con el resultado a favor y 11 contra 10 Colón hizo mejor los deberes y no sufrió sobresaltos en defensa, afirmado en el buen trabajo que realizó el bloque defensivo, sobre todo los dos marcadores centrales (Germán Conti y Guillermo Ortiz).
Está claro que a Colón le sigue faltando funcionamiento y deberá encontrarlo en el futuro para seguir obteniendo buenos resultados. No siempre tendrá la fortuna de encontrarse con un penal. O con un disparo que se estrelló en el caño izquierdo del arco defendido por Jorge Broun cuando el arquero estaba vencido.
Hechos fortuitos que esta vez estuvieron del lado del Sabalero, pero que en algún momento se pueden dar vuelta. De todos modos, hay cuestiones para destacar en este comienzo del campeonato, y la primera que salta a la vista es la solidez que fue adquiriendo el equipo, al punto tal que en las tres fechas mantiene el arco invicto y eso es un dato por demás de alentador.
Primera etapa
Talleres dejó una mejor imagen al cabo de los primeros 45', ya que fue el equipo que mostró un criterioso manejo del balón y mayor prolijidad para distribuir sus jugadores en el campo de juego, con Leonardo Gil como abanderado.
Colón arrancó mejor, pero fue apenas un espejismo, dado que con el correr de los minutos, el elenco cordobés se plantó mejor y se adelantó unos metros para apretar en la salida. Incluso, el Sabalero dispuso de una chance luego de aprovechar una contra, cuando Pablo Ledesma remató a la carrera y el arquero Herrera la desvió hacia un costado para alejar el peligro. Antes, Ismael Blanco, ingresando por el sector derecho del ataque había disparado desviado cuando apenas se cumplía un minuto de juego.
Pero a la hora de hacer un balance respecto a las chances de gol, las más claras las tuvo el conjunto visitante: primero con una media vuelta dentro del área de Ramírez y que Broun neutralizó de manera estupenda. Y a los 38', un disparo de Sebastián Palacios en velocidad que casi se mete en el ángulo izquierdo del arco custodiado por Fatura.
Al dueño de casa le faltó juego, porque no apareció Bernardi ni tampoco Ledesma, y Silva hacía lo que podía. De esta manera, Sungui Blanco quedaba aislado y era muy bien absorbido por los centrales de Talleres. Impreciso y apurado, Colón se confundía en el ataque y no encontraba respuestas ante un visitante ordenado e inteligente para jugar con la desesperación contraria.
Por ello, el final del primer tiempo fue la mejor noticia para el elenco del uruguayo Paolo Montero, quien necesitaba ir rápidamente a los vestuarios para refrescar conceptos y olvidar las cosas que se hicieron mal en la primera etapa para encarar la segunda con nuevos argumentos.
La parte final
Si bien Montero en la primera etapa había mandado a todos los suplentes a realizar movimientos precompetitivos con la posibilidad de realizar una variante en el arranque del segundo, el entrenador uruguayo decidió ratificarles la confianza a los mismos 11.
De todos modos el equipo rojinegro no progresaba demasiado, aunque el partido era más parejo ya que Talleres no tenía tanto el balón como había sucedido en los primeros 45'.
Poco pasaba frente a los arcos y con el correr de los minutos parecía que el encuentro se encaminaba al empate. Las ganas de Bernardi y de Silva por los costados de vez en cuando despertaba el entusiasmo de los hinchas, pero se trataba más de insinuaciones que de situaciones propicias como para convertir.
Montero mandó a la cancha al peruano Diego Mayora que debutó con la camiseta rojinegra para intentar darle mayor potencia al ataque y acompañar un poco más a Blanco. Pero llegaría la jugada de la noche que todo Talleres discutió y que Colón aprovechó para sumar su primera victoria en casa.
La cosecha de puntos es inobjetable y como dijo Montero antes de arrancar el torneo, los equipos se forman de atrás hacia adelante. Y eso parece darse en este Colón que encontró más rápido respuestas en el orden defensivo que ofensivo. Y eso es un mérito, porque también hay que aprender a defenderse ya que es una de las dos facetas que tiene este apasionante juego.
Por ahora Colón transita el camino de la solidez y le alcanza para obtener puntos, ahora queda mejorar desde el juego para no depender de los avatares que suceden durante los 90'. La identidad de juego todavía no está muy clara, pero para eso habrá tiempo. Este equipo se hace camino al andar y saca provecho de todo lo que se le presenta.