Sergio Rondina lleva dos partidos dirigiendo a Colón y en ambos el equipo empató. El primero de ellos en condición de visitante ante Gimnasia 0-0 y el restante la igualdad como local frente a Aldosivi 1-1. Se mantiene invicto pero la cosecha de dos puntos sobre seis indica una efectividad del 33%.
Rondina y los cambios preservando el orden para no perder
Pero más allá de las estadísticas, el dato para analizar tiene que ver con los cambios que realizó el Huevo en ambos encuentros. Y todos ellos, tuvieron como prioridad mantener el orden de mitad de cancha hacia atrás. En ninguno de los casos, las variantes denunciaron la ambición de buscar más.
Con la salvedad de que frente a Aldosi, el equipo sabalero se quedó con 10 hombres a los 20' del primer tiempo por la expulsión de Paolo Goltz. En ese momento y como era lógico suponer, Rondina rearmó la línea de cuatro y mandó a la cancha a Joaquín Novillo decidiendo la salida de Luis Rodríguez.
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Pero en la etapa complementaria realizó tres modificaciones más cuando el equipo estaba empatando. Sin dudas que la más polémica fue la salida de Ramón Ábila para el ingreso de Juan Pablo Álvarez cuando se jugaban 31'. Salió el goleador y única referencia en el área para que entre un mediocampista.
Y en ese mismo instante ingresó un volante central como Leonel Picco y salió un mediocampista ofensivo como lo es Christian Bernardi. Mientras que unos minutos antes, a los 24' Rondina hizo debutar al paraguayo Mario Otazú quien reemplazó a Facundo Farías.
Es decir que a lo largo del partido, el DT suplantó a los cuatro futbolísticas de características más ofensivas (Rodríguez, Ábila, Farías y Bernardi). Es cierto que jugaba con 10 hombres y Aldosivi era más, pero no hay que dejar de tener en cuenta que el equipo marplatense llegó al Brigadier López último en la tabla y con apenas cuatro puntos.
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Da la sensación de que terminó respetando demasiado a un rival muy limitado, que aún así lo superó. Habrá que decir que Colón jugó ante Vélez más de 30' con un hombre de menos (expulsado Farías) y no sufrió como sí lo hizo ante el Tiburón. Más allá de que Wanchope estaba cansado, no pareció la mejor idea sacar al goleador del equipo.
Por su parte, en el partido ante Gimnasia, el entrenador sabalero realizó tres cambios sin variar el dibujo táctico y manteniendo el 4-4-2. A los 26' del segundo tiempo ingresaron Juan Pablo Álvarez y Juan Manuel Sánchez Miño en lugar de Leonel Picco y Santiago Pierotti.
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En tanto que cuando se jugaba tiempo de descuento y en un cambio para enfriar el partido, decidió el ingreso de Mauro Formica por el Pulga Rodríguez. No se apartó del libreto ni del esquema con el objetivo de priorizar el arco propio y ver si en alguna contra o pelota quieta lo podía ganar.
Está claro que Rondina lleva apenas una semana de trabajo y con partidos entre semana, lo que dificulta su planificación, por lo cual tiene el crédito abierto. Pero hasta aquí y si bien son apenas dos partidos, la sensación es que el DT no quiere dar pasos en falsos y en el arranque se inclina más por conservar que por arriesgar.