El bullying volvió a instalarse como una de las principales preocupaciones de las familias y de las escuelas. Frente a un fenómeno que crece y se complejiza, la orientadora familiar Yanina Cossime —autora del libro Bullying: Entender, prevenir y restaurar, declarado de interés por la Cámara de Diputados— explicó en el programa Mañana UNO (UNO 106.3) cuáles son las claves para detectar a tiempo las situaciones de acoso y cómo acompañar a las víctimas en un proceso real de recuperación.
Bullying y sanciones: qué dicen especialistas sobre multar a los padres de los agresores
La propuesta de aplicar multas, tareas comunitarias y capacitaciones obligatorias a las familias de alumnos que ejercen violencia reabrió el debate en Santa Fe
Qué es —y qué no es— bullying
Cossime definió el bullying como “una forma sistemática de violencia, mantenida en el tiempo, con intención de lastimar y entre pares”. Aclaró que cuando la violencia proviene de un adulto —por ejemplo, un docente— no se considera bullying, aunque socialmente se use ese término. También distinguió el bullying de los conflictos o “picas” entre grupos de chicos: la diferencia es el desequilibrio de poder y la imposibilidad de defensa de la víctima.
Según la autora, “seis o siete de cada diez chicos” sufren algún tipo de violencia en los espacios donde conviven. Señales como miedo a asistir a la escuela, cambios bruscos de ánimo, aislamiento o referencias reiteradas a un compañero intimidante son indicadores de alerta para familias y docentes.
Cómo debe reaccionar la familia
Si la familia detecta que su hijo es víctima, Cossime remarcó que el primer paso es proteger y contener, pero que eso no es suficiente. “Hay que trabajar en la autoestima, en las redes de contención, en la asertividad y en las formas de vincularse”, explicó. Advirtió que cambiar de escuela tampoco garantiza una solución: sin un proceso de restauración, el niño puede volver a ser víctima o incluso convertirse en agresor para no sentirse vulnerable.
La intervención —sostuvo— debe involucrar a víctima, agresor y observadores. El objetivo es desnaturalizar las conductas violentas y reconstruir habilidades sociales.
“Si no hay restauración, la violencia se multiplica en otros espacios”, remarcó.
Cossime destacó el rol docente, pero reconoció su sobrecarga. “Tienen responsabilidades pedagógicas y además deben atender problemáticas sociales complejas”, señaló. Planteó que necesitan formación específica, aunque la escuela no puede actuar sola: hace falta trabajo articulado con la familia y protocolos claros.
¿Sirven las multas a las familias?
La diputada provincial Natalia Armas Belavi presentó un proyecto de ley para modificar la norma vigente sobre acoso escolar e incorporar sanciones a los padres o tutores de los alumnos que ejerzan violencia entre pares.
La iniciativa busca reforzar la prevención, la intervención inmediata en las escuelas y la responsabilidad familiar en la erradicación del bullying, que en la provincia registra un preocupante crecimiento, destaca la legisldora.
Una respuesta legal frente al acoso escolar
La iniciativa plantea la creación de una “Ruta de Actuación Inmediata” para todos los establecimientos educativos de la provincia. Ante un caso de hostigamiento, las escuelas deberán notificar a los padres o tutores y al Ministerio de Educación, convocar a profesionales del área psicosocial —como psicólogos o asistentes sociales— y realizar talleres y estrategias de mediación entre los involucrados.
Si estas instancias fracasan por inasistencia o incumplimiento de los adultos, el Ministerio deberá dar intervención a la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, que será la encargada de evaluar la situación y aplicar las sanciones correspondientes.
Multas, tareas comunitarias y capacitaciones obligatorias
El proyecto incorpora tres tipos de sanciones posibles para los padres o tutores de los menores que incurran en conductas de acoso:
Tareas comunitarias dentro del establecimiento educativo implicado, como pintura, limpieza, mantenimiento o colaboración con docentes.
Multas económicas basadas en la unidad “jus” del Poder Judicial, que podrían variar entre 1 y 50 jus, lo que equivale actualmente a multas de hasta $5,4 millones.
Medidas de protección integral previstas en la Ley Nacional 26.061, que establece derechos y garantías para niños, niñas y adolescentes.
Los fondos recaudados mediante las sanciones pecuniarias se destinarán a la creación de un fondo provincial para la prevención y asistencia de víctimas de acoso, además de programas y actividades de concientización sobre convivencia escolar.
Herramientas
Sobre el proyecto, Cossime consideró que son “parches”. “Si no hay prevención ni herramientas para las familias, puede servir como freno momentáneo, pero no produce cambios reales”, afirmó.
Cossime insistió en que la prevención requiere programas escolares, formación docente, involucramiento familiar y políticas públicas orientadas a fortalecer habilidades emocionales y conductas prosociales.
Muchas familias —aclaró— no actúan por negligencia, sino porque carecen de herramientas y necesitan acompañamiento.
















