La Organización Mundial de Educación Preescolar (Omep) firmó un convenio con la Municipalidad para evaluar el Sistema Municipal de Educación Inicial. En ese marco, Mercedes Mayol Lassalle, vicepresidenta regional para América latina, dialogó con Educación sobre los desafíos para el nivel inicial en el país.
Garantizar el derecho a la educación inicial, el desafío
La especialista en educación durante los primeros años de vida habló de la responsabilidad de los Estados para garantizar ese derecho pero también se refirió a los miedos que comparten muchas familias.
—¿Cuáles son los desafíos actuales de la educación de nivel inicial?
—Hay dos grandes desafíos. El primero tiene que ver con la inclusión de los niños dentro del sistema y con poder bajar la desigualdad de acceso; y, por el otro lado, el trabajo por la calidad de la educación infantil. En ambos casos la política que está siguiendo la intendencia de Santa Fe es muy importante. La política dirigida a esa franja etaria garantiza el derecho a la educación y tracciona la posibilidad de garantizar otros derechos.
Al respecto detalló que en la Argentina hay dos millones de chicos menores de tres año y que sólo 70.000 tienen acceso a la educación inicial. Y dijo que ampliar esa posibilidad es una responsabilidad de todos los niveles de gobierno. “Debería ser una política de todos los Estados. De la Nación y de las provincias pero también, por supuesto, de quienes están cerca de la gente. Y las que están más cerca son las intendencias”, resaltó y siguió: “Entonces hay un trabajo por hacer pero también con la conciencia de que esa labor tiene que ser consensuada con las familias porque no todas optan por la educación infantil institucionalizada. De todas maneras, el Estado tiene que universalizar la oferta y habilitar el derecho del niño a la educación desde la cuna”.
—Muchas veces la familia tiene miedo de enviar a los chicos a un jardín desde tan pequeños, ¿cuál es la importancia de institucionalizar a los niños?
—Tiene que ver con la importancia que tienen los primeros tres años de vida en el desarrollo del sujeto. Las bases de los vínculos y del desarrollo del pensamiento se forman en los primeros años de vida. Por eso es importante que los niños estén en ambientes educadores, que no solo lo estimulen sino que lo eduquen integralmente. Y los ambientes que cumplen esos requisitos y que están especialmente pensados para los niños son los jardines de infantes. Por eso es bueno que los niños concurran algunas horas a un buen ambiente pensado para ellos y que está conducido por una profesional de la educación que sabe cómo desafiar a los niños para que aprendan más cosas.
Diversificar estrategias
—¿Cuál es la situación de la enseñanza de nivel inicial en la Argentina respecto a los demás países latinoamericanos?
—En realidad el país tiene muy buenos desarrollos. Lo que tenemos, fundamentalmente, es un saber pedagógico con desarrollos curriculares muy interesantes que no se han dado en otros países de América latina. Pero tenemos menos alternativas institucionales. O sea, hay programas en toda Latinoamérica que tienen más flexibilidad porque la educación formal es una muy buena alternativa en el terreno urbano pero cuando hablamos de las zonas rurales o semirrurales necesitás otros formatos. En otros países hay otras maneras de atender a la infancia que apuntan a garantizar el derecho a la educación del niño.
Al respecto, lamentó que en la Argentina se haya invadido el nivel inicial con prácticas de la primaria. “El nivel inicial tiene formas de trabajo basadas en el juego y en el desarrollo de los lenguajes artísticos que después van a repercutir fuertemente y de manera positiva en las otras formas de aprender que se van a desarrollar en la primaria”, dijo.
Además, señaló que las políticas neoliberales “nos han hecho creer que tenemos que mirar solo los resultados de la educación” y cuestionó el prestigio de las pruebas internacionales como la PISA.