La zona del monumento a la Bandera Nacional en la ciudad de Rosario lleva una placa que recuerda a la santafesina María Catalina Echevarria de Vidal, quien a pedido de su huésped Manuel Belgrano, confeccionó la primera bandera que se izó el 27 de febrero de 1812. En el día que celebra el honor a su creador y para recordar todo lo que él hizo por la patria, cabe destacar la tarea que tuvieron las mujeres en esos tiempos revolucionarios.
María Catalina, la santafesina que cosió la historia argentina
Por UNO Santa Fe

Según publicó el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación, en el verano de 1812 Belgrano llegó a Rosario para hacerse cargo del ejército que enfrentaría a las tropas realistas. Se alojó en la casa de su amigo Vicente Tuella, donde conoció a María Catalina, una huérfana criada por los Tuella como una hija más. Viendo la buena disposición de la joven, no dudó en pedirle que se pusiera a coser una bandera propia para el ejército.
Sobre la imagen de la publicación del Ministerio: es María Catalina Echevarría, según una pintura de Noemí Faura.
María Catalina consiguió telas e hilos y cosió día y noche sin parar durante más de dos semanas para tenerla lista. "Así, el 27 de febrero a las seis y media de la tarde se izó por primera vez nuestro pabellón nacional. María Catalina no es solo un nombre más en nuestra historia, en sus manos estuvo el honor y la gloria de haber cosido un pedacito de nuestro ser nacional", relataron desde la cartera.
Santafesina
Doña María Catalina Echevarria de Vidal nació en Rosario, un 1 de abril de 1782, hija de padres vascos, al quedar huérfana fue adoptada por la familia de Pedro Tuella. Se casó con Juan Manuel Vidal con quien decidió vivir en una casa contigua a sus padres adoptivos para prestarles los cuidados necesarios. Su hermano, Vicente, era amigo de Belgrano desde el virreinato por eso cuando el prócer llegó a la Villa del Rosario, se hospedó en su casa, desde donde comandaba la organización de las baterías que bautizó libertad e independencia para observar las tareas de fortificación en la barranca y la isla.
Para inaugurarlas, Belgrano organizó una ceremonia patriótica que no se podía concebir sin bandera. En una nota, Belgrano comunicó que “siendo preciso enarbolar bandera, y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional”. Por este motivo le encargó a María Catalina su confección, quien junto a la ayuda de otras vecinas, cosió los paños y les puso hilos de oro dando nacimiento a la primera Bandera de la Patria de las Provincias Unidas. El diseño de esta primera enseña, según se cree, era de dos franjas horizontales blancas en los extremos y una franja celeste en el medio.
Con los año, ya viuda y fallecidos sus adoptantes, María Catalina se trasladó al pago de San Lorenzo, a una propiedad que poseía próxima al histórico Convento de San Carlos y al fallecer fue sepultada en la iglesia matriz del Convento.
En 1999, fue homenajeada con la obra “Ciudad sombra del pino” representada en el teatro de esa ciudad. En 2009, en el 197º Aniversario de la Creación de la Bandera Nacional, María Catalina fue homenajeada por el pueblo de San Lorenzo en la Parroquia “San Lorenzo Mártir”. Sin embargo, en Rosario no se la reconoció hasta el 2012 por un proyecto presentado en el Senado de la Nación por Rubén Giustiniani –entonces senador nacional– en el que solicitó destacar la participación de esta mujer con una placa y varias actividades en honor a "tan noble tarea, como la confección de nuestra bandera, símbolo de identidad de todos los argentinos".