En medio de un contexto crítico para la ciencia argentina, con congelamiento presupuestario, paralización de concursos y caída del poder adquisitivo, la reconocida científica santafesina Raquel Chan sumó su voz a las denuncias por el desmantelamiento del sistema científico nacional.
Raquel Chan advirtió sobre "la destrucción" del sistema científico: "Los jóvenes se reciben, agarran las valijas y se van a Ezeiza"
La reconocida investigadora santafesina, Raquel Chan, se pronunció sobre las denuncias realizadas por investigadores del Conicet Santa Fe, quienes alertaron sobre "una situación casi terminal".

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La situación se enmarca en una serie de denuncias realizadas por investigadores del Conicet Santa Fe en los últimos meses, quienes advirtieron que el sistema está en “una situación casi terminal”, con despidos, parálisis operativa y pérdida de recursos humanos formados.
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"Hay que hablar de la destrucción de la ciencia en el país", expresó con contundencia la referente en biotecnología vegetal y una de las creadoras del desarrollo HB4 de trigo tolerante a sequía, al analizar el impacto que las políticas de ajuste están teniendo en el Conicet y otros organismos de investigación.
Según la investigadora, "los jóvenes están emigrando y cuesta cada vez más despertar vocaciones científicas", un fenómeno que no solo compromete el presente sino también el futuro del desarrollo argentino.
"Todo esto es sinónimo de soberanía", sostuvo. "Un país sin ciencia está limitado a la ciencia de otros lugares", añadió, trazando un vínculo directo entre las políticas científicas y la capacidad del país para decidir sobre su futuro tecnológico, productivo y ambiental.
Fuga de cerebros y becas no competitivas
Chan fue enfática al describir el círculo vicioso que atraviesa el sistema: “Estamos perdiendo gente sobre la cual ya se invirtió mucho esfuerzo y dinero en su educación superior y su formación”. Con sueldos congelados y sin perspectivas de mejora, el resultado es la emigración: “No es tentador porque los jóvenes no ven futuro, terminan de formarse, cazan las valijas y se van a Ezeiza”.
La científica también aportó cifras que ilustran la crisis: “Una beca está rondando los 700.000 pesos, algo que obtiene alguien que tiene título universitario, pasó por un concurso, etc. Luego están las becas para investigadores que son algo más onerosas dependiendo la categoría, un 15% más aproximadamente”. A valores actuales, estos montos resultan poco competitivos frente a lo que ofrecen países vecinos.
“Brasil y Chile son dos ejemplos de países que pagan mucho más, pero no solo por el pago sino por la posibilidad de hacer buena investigación porque hay financiamiento”, destacó Chan, remarcando que el éxodo no se explica solo por los salarios, sino también por la imposibilidad de desarrollar proyectos por falta de fondos.
Santa Fe: una excepción parcial según Raquel Chan
En este escenario, Chan reconoció el esfuerzo del gobierno provincial: “Santa Fe tiene un plan de ciencias interesante, es una provincia privilegiada porque no todas tienen esto”, valoró. Sin embargo, advirtió que “no llegan a cubrir la falta de fondos nacionales”, lo que limita el impacto positivo que puedan tener las políticas locales.
El futuro de la ciencia argentina, según voces como la de Chan, depende de una decisión política urgente: "El conocimiento no es un lujo ni un gasto; es una inversión estratégica para el desarrollo soberano", concluyó.