Martín Minella llegó a Colón con expectativas positivas y la banca de la gente, en un momento en que el se buscaba recuperar terreno en la Primera Nacional. Sin embargo, el buen arranque quedó en el pasado y la realidad volvió a poner al equipo y al entrenador en jaque.
¿La mala cosecha en Colón también le resta crédito a la continuidad de Minella?
El buen arranque quedó en el pasado y la realidad de Colón puso indefectiblemente también a Martín Minella en el foco pensando a futuro
Por Ovación

UNO Santa Fe | José Busiemi
Con tres derrotas consecutivas, el equipo no solo perdió puntos valiosos que terminaron prácticamente por condenar al Sabalero a sostener simplemente la categoría, sino también la confianza de los hinchas y la tranquilidad necesaria para sostener un proyecto a mediano plazo. La seguidilla negativa amplió el debate entre los hinchas quienes, como suele suceder en el fútbol, no dudan en cuestionar al DT cuando los resultados no llegan.
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¿Le caben a Minella las generales de la ley en Colón?
Desde la dirigencia, Minella fue ratificado y cuenta con el respaldo. Pero más allá de esto, en el día a día la presión por los resultados es ineludible. Los números y la tabla no mienten: el equipo está lejos de la zona de Reducido y corre el riesgo de complicarse aún más en la lucha por la permanencia. Está claro que pocas culpas se le pueden endilgar y que le toca planificar con lesionados por doquier, pero tampoco fue la solución hasta ahora.
Además, el equipo mostró un rendimiento irregular, con dificultades ofensivas y defensivas que se traducen en un juego poco convincente. La falta de respuestas dentro del campo hace que las voces críticas se multipliquen, generando un clima cada vez más tenso. Pero en este Colón la realidad es que no se salva nadie.
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El contexto en el Brigadier López se caldea con cada partido perdido. La paciencia parece acortarse y Minella sabe que el camino para revertir esta situación es corto y exigente. Para el entrenador, en su primera gran prueba al frente del Sabalero, será clave encontrar soluciones tácticas, levantar el ánimo del plantel y recuperar la confianza. De no lograrlo, su permanencia podría estar en serio riesgo y, con ella, la esperanza de que Colón pueda salir a flote en una temporada que, por ahora, le exige superar más sombras que luces.