Colón va a jugar su primera final internacional y mucho tiene que ver Pablo Lavallén, que supo capear varios frentes de tormenta, por lo que el sabor de este presente es intenso.
Lavallén: "Este equipo tiene garra y un corazón enorme"
Tardó un par de minutos para acudir junto a Fernando Zuqui a la zona de conferencias para brindar sus sensaciones de este momento histórico del club. En el inicio reconoció: "Este equipo tiene algo, está más que comprobado, jugamos cinco fases de Copa Sudamericana, las últimas cuatro desde que pasamos a Municipal".
Y más adelante, agregó: "Más allá de que no pudimos dar vuelta el resultado en esta cancha, es un equipo bueno, con jugadores de categoría, se pusieron 2-0 a los 5' del segundo tiempo, estamos muy contentos, entramos en la historia de Colón, ahora tenemos un premio de jugar una final el 9 de noviembre".
En todo momento, el DT le tiró flores a sus jugadores, al expresar: "Ellos jugaron con una personalidad notable, con 50 mil personas en contra, agarramos la pelota, soy un agradecido a Dios, soy un hombre de mucha fe, cuando Dios está con vos, con la fuerza de él, estoy muy contento porque durante un tiempo bastante prolongado los jugadores tuvieron que masticar muchas cosas que se dijeron, los acusaron de camarilleros, de cobardes, esos están en la final de la Copa Sudamericana".
Cuando dio su opinión de algunos aspectos del cotejo de vuelta, Lavallén dijo: "No pudimos tener la pelota de entrada, hicieron ellos lo que nosotros hicimos en el segundo tiempo en el partido de ida. Lértora, Estigarribia y Aliendro no tenían referencia, así llegó el gol, cuando se replegaron llegó la jugada del penal. Hay que tener personalidad, destaco eso, Mineiro juega muy bien al fútbol, pero Colón es ordenado, tiene garra y un corazón enorme. Jugar e intentar hacer cuando estábamos 2-0 abajo no lo tienen todos los equipos".
En otro tramo de su conferencia tuvo una mención especial para la gente, al decir que "de adentro se contagia hacia afuera, la gente se contagia porque ve algo, merecemos estar donde estamos, porque luchamos, laburamos con nuestras armas y problemas, nuestras limitaciones, imagino la alegría del pueblo sabalero, la gente, los empleados, todos trabajamos para que el equipo crezca. En realidad todo lleva un proceso, que se va construyendo, la personalidad con la que revirtieron todas las series".
El orientador rojinegro insistió: "Acá hay trabajo, convencimiento, los jugadores hacen todo el trabajo, presentando un ambiente cómodo para trabajar, por un montón de situaciones, frente a momentos extraordinarios pero todo es fruto del trabajo".
Antes de su despedida, Lavallén no dudó en afirmar: "Cuando me reuní con los dirigentes les dije que venía para salir campeón, a partir del compromiso, estos pibes están jugando en un nivel extraordinario, los buenos resultados llegaron después de muchas adversidades, pasamos varios frentes de tormenta, en las malas estos chicos pusieron la cara y seguimos peleando en tres frentes".