A partir de este jueves se proyectará el estreno comercial de "Una escuela en Cerro Hueso", de la directora santafesina Betania Cappatto, su ópera prima. El film cuenta con historias locales y paisajes autóctonos de la ciudad. Paralelamente se podrá ver en salas de todo el país, y en particular estará todos los sábados de noviembre en el Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires).
Estrenan una película bien santafesina multi premiada en Europa: "Hay una conexión de los personajes con el litoral"

Por Bárbara Favant

En palabras de la directora, la película está basada en un caso real, de su propia familia y de la historia de su hermano Lucio. Cuenta que Julio y Antonio son una pareja de biólogos que tienen una hija de seis años que está diagnosticada dentro del espectro autista y que al llegar a la edad escolar obligatoria no encuentra una escuela que la integre. Finalmente después de una búsqueda intensa y angustiante dan con una pequeña escuela ubicada en las orillas del río Paraná que es la única que abre las puertas para poder contener e integrar a esta niña que aun no habla. "La película lo que hace es acompañar el proceso de integración de esta familia en ese lugar nuevo, distinto, en la comunidad escolar, junto a su maestra y compañeros. Es ver la experiencia de esa niña con sus cambios que se presentan como verdaderos milagros por momentos. Después se disparan múltiples otros temas para repensar la sociedad", dice Cappatto a UNO Santa Fe.
El film tuvo una larga lista de reconocimientos internacionales: mención del jurado y del jurado joven en Berlín; nominación a mejor ópera prima de todo el festival en Berlín; nominación Tiantan Awards del Festival de Beijing; ganaron mejor película en el festival de Antofagasta Chile; premio mejor directora de largometraje nacional en el Festival de Mar del Plata otorgado por el Ministerio de las Mujeres; Premio PCI a la Innovación artística como mejor primera película en el Festival de Mar del Plata; Premio del público en el Festival de Cine Internacional de Cosquín; premio Argentores al Mejor Guión en el Festival Internacional Entre Glaciares; premio en el Festival de Atenas; premio a mejor película en el Festival Internacional de Bucarest; y fue elegida por el New York Times como una de las mejores películas del 2021. Además participaron de otros festivales de prestigio internacional como Festival Internacional de Cine de Beijing, Huelva y Melbourne.
Ver la ciudad desde el cine
Al ser consultada por este medio sobre qué verán los y las espectadores de Santa Fe en particular, a diferencia de la experiencia que puede llegar a tener alguien del extranjero, Cappatto detalló: Uno de los elementos protagónicos de la película es el paisaje. Hay una conexión de los protagonistas con el entorno de nuestro litoral, de estar cerca del río. Por eso elegimos mostrar a partir de esta gente de la ciencia, de la biología, que están en un laboratorio y ven todo desde un vidrio. Los sacamos de contexto y los llevamos a Colastiné Norte y Sur, a esos lugares rinconeros tan nuestros. Hay un replanteo en el vínculo entre el personaje y el ambiente que lo rodea".
"La película toca una fibra en el orgullo santafesino, porque cuando uno ve la calle que camina todos los días representada en una película toma otra dimensión. Entonces las devoluciones que tengo en general es de apreciación por ver estos lugares filmados desde una estética y perspectiva que es muy linda. La gente va a poder reconocer esos espacios propios, especialmente de lo que es la costa", agregó.
En esta línea contó con orgullo de realizadora y vecina: "Colastiné Sur es un lugar que me resulta fascinante rodeado de gente maravillosa, muy poco filmado. Hay que tener en cuenta que es el barrio más viejo, creo que de la provincia de Santa Fe. De hecho cuando estábamos filmando, que logramos tener el registro en unas de las escenas de la peli, era la fiesta de los 300 años del barrio. Hay que pensar que el país estamos celebrando el bicentenario. Y contamos su historia de alguna manera desde un lado más intimista, es un lugar increíble, con una gran historia donde ocurrieron situaciones paradigmáticas. Siento que esa energía queda, por eso es un lugar especial".
Cuándo y dónde verla
Los horarios para las funciones de la semana de 27/10 al 2/11 en el Cineclub en cine América son los siguientes :
Jueves 27 – 20:15hs (entrada libre y gratuita)
Viernes 28 - 18:00hs
Sábado 29 - 17:30hs
Domingo 30 - 18:45hs
Lunes 31 - 18.15hs
Martes 1- 18.15hs
Miércoles 2 - 18:15hs
Cine y futuro
Este año es más que positivo para el polo audiovisual local. En este momento varias productoras se encuentran en festivales internacionales presentando y ganando premios por la película del director Arturo Castro Godoy. Mientras tanto, Cappatto ya adelanta a UNO de qué se trata su próximo proyecto: "mi próxima película se llama la mujer hormiga, la filmamos a finales del año pasado también en Santa Fe. Está ya casi en su en su fase final de postproducción y probablemente la terminaremos en los próximos seis meses. Estaremos tratando de encontrar nuestro lugar de estreno".
Sobre Betania Cappatto
Es fotógrafa y cineasta. Estudió en el Instituto de Cine y Artes Audiovisuales de Santa Fe. Participó como guionista, productora, directora artística y asistente de dirección de numerosas películas y programas de televisión.
En 2018 estrenó el documental “Frankie” en DOCBSAS. Dirigió dos mediometrajes sobre el conflicto indígena en Argentina y la serie para televisión “Proyecciones de la Memoria”. Fue directora de producción de “El Fausto Criollo” de Fernando Birri. En el campo de la fotografía además de trabajar en el desarrollo de su obra, está vinculada a proyectos educativos y de transformación social.
Más sobre la película en las palabras de la directora:
"Cuando mi pequeño hermano cumplió dos años de edad, comenzó a manifestar fuertes cambios en su personalidad. Poco a poco se volvió más distante, más silencioso. Hasta que un día dejó de mirarnos a los ojos y perdió contacto con la realidad. Una escuela en Cerro Hueso es una película inspirada en su historia, la historia de mi familia. Y seguramente también la historia de muchas otras familias quedando afuera de un sistema que continúa siendo intolerante, destructor de lo diferente.
Nuestros protagonistas son personas que luchan por sobrevivir en un mundo que parece avanzar en una dimensión siempre ajena. Personajes con fuertes convicciones, que por una situación particular se ven obligados a abandonar un estilo de vida acomodado, mudándose a la periferia y entrando en contacto con un universo desconocido.
En este escenario, la precaria escuela de Cerro Hueso, perdida en las orillas del río Paraná aparece como un verdadero refugio. El lugar donde Ema encontrará por primera vez un sentido de pertenencia. Ese espacio donde las diferencias parecen no existir. Algunos de los conflictos que me interesaba abordar tienen que ver con la confrontación que parece entre la idea de sociedad y el “acecho” de lo primitivo, las relaciones interculturales o interclasistas y el descubrimiento de un orden subyacente bajo las apariencias.
Pienso además que la narración debe tener el fin de retratar (dejar huella) de una experiencia. Quería hacer una película de ficción, pero filmarla “desde adentro”. Me interesaba especialmente tomarme el tiempo de conocer y acompañar a los personajes, ir descubriendo de a poco su universo personal, capa sobre capa.
Una escuela en Cerro Hueso es el retrato y la exploración de un universo cercano y tangible, pero también emocional. Es la historia de vidas que cambian de un momento a otro. Dejando en evidencia la fragilidad de esa ficción del mundo que nos armamos día a día. De nuestras capacidades de adaptación a lo desconocido, también de nuestros miedos. De cómo podemos crecer aún en las situaciones más adversas.
Una escuela en Cerro Hueso habla de lo diferente, de lo inasible de los vínculos humanos, del misterio de la comunicación, pero sobre todo habla de cómo finalmente las personas nos parecemos entre sí. Hace unos años mi hermano empezó finalmente la escuela primaria. Una maestra se acercó a mi padre y le dijo: “Tendremos que aprender a ser como las casuarinas que crecen a orillas del río, aferrarnos con nuestras raíces para aguantar la crecida”.
Aún pienso en esa imagen, la de mantenernos firmes, abrazados, a pesar de que el agua socave la tierra. Para seguir avanzando. Juntos. Tal vez la principal motivación de este proyecto (y quizás también el mayor desafío) no haya sido otra que el tratar de encontrar “esa imagen” que nos acerque, que convierta lo ajeno en mutuo".