Podría hablarse de una brecha de percepción, que es histórica, pero que esta vez queda bastante clara con datos recientes. Se trata de la encuesta realizada a madres de todo el país, que encontró una distancia entre cómo evalúan la educación de sus hijos y cómo perciben al sistema educativo nacional. Los números hablan por sí solos: cuando le preguntan a las familias cómo evalúan en general la educación del país, solo la mitad la valora positivamente. Sin embargo, cuando contestan cómo ve la educación de sus hijos, 9 de cada 10 dicen que es buena o muy buena.
Informe especial: qué opinan las familias sobre la educación de sus hijos
Los datos surgen del informe “¿Qué opinan las familias sobre la educación argentina y la de sus hijos? ”, realizado por el Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Sandra Ziegler (Flacso Argentina), Gabriela Catri y Eugenia Orlicki (Observatorio de Argentinos por la Educación). El informe se basa en la Encuesta Nacional Escolar (ENE), realizada en julio a una muestra representativa de 500 madres de todo el país con hijos en la escuela primaria, tanto en instituciones públicas como privadas. En el estudio advierten también que el principal problema que identifican las madres encuestadas es la falta de recursos y materiales en la escuela (51%), seguido por la falta de compromiso de las familias (48%), la formación de los docentes (44%) y los aprendizajes (42%).
La calidad en debate
Las madres consultadas respondieron acerca de sus opiniones sobre la calidad del sistema educativo y la educación de sus hijos. Los resultados muestran una brecha de percepción: por un lado, 5 de cada 10 (52%) madres encuestadas afirman que la educación en el país es “buena” o “muy buena”, mientras que 2 de cada 10 (21%) sostienen que la educación en Argentina es “mala”. Por otro lado, el 90% de las madres encuestadas cree que la educación que sus hijos reciben en la escuela es “buena” o “muy buena”, y solo el 1% la califica como “mala”.
Esa disparidad de percepción es más alta entre las madres de mayor nivel educativo. Solo el 10 por ciento de las madres con terciario o universitario completo considera que la educación en el país es “muy buena”, pero la cifra asciende al 46% cuando evalúan la educación de sus hijos. En contraste, entre las madres con secundaria incompleta el 22% cree que la educación en Argentina es “muy buena”, mientras que el 40% valora de igual forma la educación de sus hijos.
El informe reconoce que existen investigaciones desarrolladas en la Argentina con el nivel secundario, donde ya se constataban valoraciones positivas en relación con la escolaridad entre estudiantes y familias (como el realizado por Inés Dussel en 2007). Pero que, sin embargo, las dificultades por las que atraviesa el sistema educativo “plantean una diferencia entre la visión generalizada acerca de la educación y la de la propia escuela que señalan los actores”.
De lo macro a lo micro
“La encuesta constata que hay una opinión muy polarizada sobre las condiciones de la educación argentina en general y una visión favorable sobre la formación que los propios hijos reciben en la escuela. Esta tendencia, que se repite en hallazgos de otros estudios, sostiene el supuesto de que se puede estar preservado de las condiciones desventajosas de la educación, pese a que las evidencias de los resultados del sistema educativo demuestran lo contrario”, señala Sandra Ziegler, coautora del informe.
Las madres encuestadas tienen mayoritariamente una imagen positiva de la escuela, a la que asocian sobre todo con el aprendizaje (69%), el progreso (58%) y el esfuerzo (47%). El 85% de las encuestadas considera que la educación les aporta a sus hijos herramientas para insertarse en el mundo del trabajo.
El hiato
“Desde hace más de 20 años las encuestas vienen mostrando un hiato entre la percepción de los padres sobre la educación que reciben sus hijos y la calidad de la educación nacional. No tenemos explicaciones claras respecto de por qué y cómo se construye esta percepción paradojal. A mi entender, el desafío es avanzar en una indagación sobre qué valoran los padres de la educación de sus hijos”, afirma Guillermina Tiramonti, investigadora de Flacso.
Al comparar la educación actual con la del pasado, el 44% de las madres indicó que la educación que reciben sus hijos es peor que la que ellas recibieron, mientras que el 39% considera que la educación ahora es “mejor” o “mucho mejor”.
“La educación que reciben mis hijos es muy buena. Estoy conforme con la relación que tienen hoy los docentes con sus alumnos. Además, un componente fundamental para que los niños reciban una buena educación es que las familias nos comprometamos en acompañarlos y garantizar que cuenten con los materiales y la dedicación necesaria para tener una trayectoria escolar exitosa”, considera María de los Ángeles Centurión, madre de un estudiante de primaria.
María Eugenia Arias, orientadora familiar y consultora educativa, señala que “esta diferenciación en la valoración se viene observando en indagaciones de décadas atrás. Como viene señalando Guillermo Jaim Etcheverry (exrector de la Universidad de Buenos Aires), los padres somos víctimas de una ilusión educativa, y quizás necesitamos creer que nuestros hijos se salvan para llevarlos todos los días a la escuela para que ocurra el aprendizaje y este además los prepare para la vida futura”.