La Asociación del Fútbol Argentino tomó una determinación de alto impacto en el ámbito formativo luego de la salida de Lucas Scarlato, juvenil de 16 años, de River Plate. La medida apunta directamente a quienes abandonen sus clubes por patria potestad, una vía legal que vuelve a encender la polémica en el mercado juvenil.
La AFA endureció su postura tras el caso Lucas Scarlato y fijó una sanción inédita en Argentina
La salida de Lucas Scarlato, juvenil de River. por patria potestad aceleró una decisión fuerte de la Casa Madre, que busca proteger a los clubes formadores.
Por Ovación
Un caso que encendió las alarmas
Scarlato no había firmado contrato profesional con el Millonario y su salida, amparada en la patria potestad, no dejó resarcimiento económico alguno para la institución que lo formó. El episodio reactivó un viejo debate en el fútbol local: la pérdida de talentos sin compensación y el desequilibrio que genera en los proyectos deportivos.
La decisión de la AFA
Ante este escenario, la AFA resolvió no convocar a las selecciones juveniles a futbolistas que hayan dejado sus clubes formadores utilizando esta metodología. La propuesta fue elevada al Comité Ejecutivo y recibió el aval unánime de todas las instituciones, marcando un precedente inédito en la política formativa.
En el centro de la escena quedó el agente Martín Guastadisegno, señalado por reiterar este mecanismo. Ya lo había hecho en 2023 con Joaquín Panichelli, quien salió de River rumbo al Alavés y hoy se destaca en el Racing de Estrasburgo, y años antes con Matías Soulé, llevado de Vélez a Juventus, hoy figura en la Roma.
Un mensaje al fútbol juvenil
La intención de la AFA es clara: desalentar la emigración temprana sin retorno económico y proteger la inversión de los clubes en divisiones inferiores. La sanción deportiva, ligada a la imposibilidad de representar al país en juveniles, busca ser un elemento disuasorio fuerte en una etapa clave del desarrollo del futbolista.
La medida abre un nuevo capítulo en la relación entre clubes, representantes y familias, y promete generar impacto en futuras negociaciones. En el fondo, la discusión vuelve a lo esencial: cómo cuidar el semillero del fútbol argentino sin vulnerar derechos legales, pero evitando que el sistema siga perdiendo talento sin reglas claras.












