"Te esperamos". La frase cargada de anhelo se repite como un conjuro sobre la tela amarilla de la camiseta 9 del Nantes. Esa camiseta esperan poder dársela al hijo más famoso de Progreso, cuando regrese.
Progreso, el pueblo que se aferra a la fe y aún espera a Emiliano Sala
Por Aquiles Noseda
Este pueblo del departamento Las Colonias a poco más de 70 km de Santa Fe, sufre desde hace una semana la angustia de la ausencia de Emiliano Sala cuando se perdió todo rastro del avión en el que viajaba desde Francia al Reino Unido, para sumarse a la escuadra del Cardiff.
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Los 300 mil euros reunidos permitieron a su hermana Romina —que se encuentra allá— y al representante del delantero, contratar una empresa privada especializada en búsquedas de este tipo. "Lo están buscando por tierra y por mar", le cuenta a diario La Capital, Martín Molteni, el entrañable amigo que contiene a todo el pueblo a fuerza de aliento inquebrantable.
Martín es quien habla con Europa, transmite las noticias, y organiza las reuniones. Como la de ayer a la tarde en que se rezó el Rosario en la Iglesia. Un cartel en la puerta del templo recordaba la consigna de la convocatoria: "Preparemos el regalo para Emi".
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La parroquia estuvo llena, de bote a bote. Y tanto a la entrada como a la salida nadie quiso dejar de sumarse al regalo para Emi. Esa camiseta amarilla en la que esperan que él pueda leer las expresiones de afecto que grandes y chicos, jóvenes y ancianos fueron escribiendo.
Horacio Sala, el padre de Emiliano, habla con este diario a la salida. Admite haber llorado mucho y mantenerse en pie por estas muestras de afecto a su hijo. "Que se lo siga buscando nos mantiene viva la esperanza. Ahora es una búsqueda privada pero ha visto usted que el presidente de la Nación ha pedido a Francia e Inglaterra que lo sigan buscando también", se aferra el hombre que vive con la sencillez de siempre y su trabajo de transportista.
Es que el triunfo de su hijo que a edad adolescente fue a probar suerte en las canchas del viejo continente no es suyo. "El se esforzó mucho se merece tanto reconocimiento en el mundo entero".
Que las mas consagradas figuras del fútbol de todos los continentes estén pidiendo por la aparición de su hijo (algunos han donado dinero para búsqueda privada que se inició ayer) es para Horacio abrumador pero absolutamente comprensible. "Cuando Usted lo conozca a Emiliano va a entender por qué todo el mundo lo quiere. El jamás será una estrella deportiva por más que él nuevo equipo haya pagado por su pase tanto dinero (17 millones de euros) porque el para todos nosotros es 'el Emi', así nada más", dice el padre con inocultable orgullo de quien sabe no lo que cuesta sino lo que vale su hijo.
Martín, el amigo, explica: "Emi cada vez que venía era uno más como si nunca se hubiera ido. Dispuesto a sacarse fotos o dar autógrafos. Nunca se le subió el éxito a la cabeza. Es un tipo muy querible". De Martín es la idea de preparar el regalo para esperar a Emi. "A quien le pedía una camiseta se la traía. Ahora le queremos dar una nosotros pero que tenga escrito el testimonio de nuestro afecto".
Jóvenes y grandes miran y asienten en silencio mientras se Horacio y Martin cuentan a La Capital que como el primer día en "Progreso lo esperan a Emi". Ese diálogo que se da en el atrio de la iglesia ratifica un sentimiento unánime. Todos confían en que se pueda encontrar al hoy hijo más esperado del pueblo. No saben o dicen no saber detalles del vuelo. Sobre si el pequeño avión no estaba en condiciones o si el piloto tenía su licencia habilitada u otras noticias que se publican en los medios de comunicación.
"Mi hija le informa desde allá a mi otro hijo pero de lo que nos importa todavía no hay mucho", dice Horacio Sala. Desde que La Capital habló con el día en que viajando en su camión cerca de Rosario se enteró que no se había perdido contacto con el vuelo de su hijo se nota el peso del drama en su rostro. La mirada de Horacio está profundamente triste espera el milagro por el que ayer todos rezaron una vez más en el templo.
Por Jorge Sansó de la Madrid / La Capital