“Yo que entraba con todas las precauciones y todo, ya no entro más”, dijo Alejandro en diálogo con UNO, sobre la peligrosa zona donde lo balearon este domingo. El remisero había dejado a una clienta y cuando dio la vuelta, por Azcuénaga entre Lavalle y Güemes, se le acercaron cinco o seis muchachos, “los de siempre que andan haciendo desastre”.
"Son dueños de tu vida", dijo el remisero al que balearon
Eran las 5.30 pasadas del domingo, y el chofer tenía las puertas trabadas y vidrios arribas por precaución. “Uno se me pone adelante a apuntarme y los otros a manotear las puertas para entrar y robarte, es un robo piraña lo que hacen”, contó.
“Te obligan a parar pero yo no paraba, seguía despacio porque tenía al otro adelante, y te digo la verdad lo que se me pasó en el momento era pisarlo, matarlo, pero iba a ser peor porque después van a tomar las represalias contra cualquier chofer de remís”.
Todo esto pasaba por la mente de Alejandro mientras pensaba cómo zafar sin empeorar las cosas, hasta que el portador del arma se cansó. “Como no me podían abrir, el que estaba con el arma se me viene hacia adelante y apoya el arma contra el parabrisas a la altura de mi cabeza y dispara. Así de simple, con esa frialdad”, dijo el conductor, calculando que se salvó porque la pistola era pequeña.
“Alcanzó a lastimar el parabrisas para al lado de adentro pero no pasó la bala, aparte no tuvo recorrido. Es así, ellos son dueños de tu vida, deciden en qué momento van a dejarte seguir viviendo o no”, reflexionó.
Es el primer hecho de inseguridad que vive como remisero, aunque sus compañeros sí han sido víctimas de robos. Sin embargo, el hecho fue terminante para Alejandro, porque nunca antes le habían disparado. “Tienen entre 14 y 18 años. Y el que me tiró a mí ya lo conocemos, es dañino. Ese es muy dañino, tendrá 16 años”, contó.
Y agregó, resignado: “La denuncia no se hace, salvo que sea algo grave, porque no sirve de nada ya. Aparte ir a hacer la denuncia a la comisaria de ahí en General Paz, siempre es igual, es una zona liberada. La misma policía los libera porque tenés 12 kioscos de narcomenudeo ahí dentro”.
“Los pedidos entran lamentablemente por el sistema que se tiene de trabajo, y el que los quiera tomar lo va a tomar, yo ya soy otro chofer que no va a entrar más”, sentenció.