La inflación nacional de mayo fue del 1,5%, el dato más bajo en más de cinco años. La cifra, difundida por el INDEC, representa la quinta baja mensual consecutiva del índice de precios y alimenta las expectativas oficiales de consolidar el proceso de desinflación.
Consumo planchado, recesión y estancamiento: las "anclas" del Gobierno para bajar la inflación
El descenso de la inflación llegó, pero el costo lo pagan la actividad, el consumo y los ingresos. El Gobierno sostiene su estrategia con recesión, dólar contenido y paritarias por debajo de los precios.

Consumo planchado, recesión y estancamiento: las anclas del Gobierno para bajar la inflación

Jose Busiemi
Sin embargo, “hay que mirar siempre la película y no la foto”, advierte el economista Germán Rolandi, director del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNL.
“Era la noticia que el Gobierno esperaba. Hoy estamos por debajo del 2%, por primera vez. Y eso también alimenta la expectativa de que la inflación va a seguir descendiendo”, sostuvo en declaraciones al programa "De10", que se emite por "LT10".
El índice general estuvo empujado hacia abajo por factores estacionales. Según el economista, en mayo hubo “baja de combustibles”, lo que evitó subas importantes en precios regulados, y una fuerte caída en frutas y verduras, que hizo que el rubro alimentos “apenas subiera un 0,5%”.
Aun así, la inflación núcleo —más representativa de la tendencia— fue del 2,2%. “Si bien se desaceleró, todavía seguimos por arriba del piso del 2%. Es positivo el dato, pero hay que observar lo que pase con el petróleo en junio y con tarifas como la electricidad y el gas”, explicó Rolandi.
Para los próximos dos o tres meses, estimó que la inflación podría “estacionarse entre el 1,5 y el 2 por ciento”.
Un freno buscado: la recesión como herramienta antiinflacionaria
La desaceleración inflacionaria se da en un contexto de estancamiento económico nacional. Rolandi lo señala con claridad: “El objetivo del Gobierno no es el crecimiento, sino justamente bajar la inflación. Y para eso, la recesión es una herramienta fundamental.”
Según explicó, el Gobierno aplicó “todas las anclas posibles”: desde el control del dólar futuro, estabilidad cambiaria, hasta una política salarial con aumentos por debajo de la inflación.
“El consumo viene traccionando muy lento, probablemente estancado. Estos factores hacen que los precios no suban, pero tampoco la economía se dinamiza”, afirmó.
Horizonte político y riesgo social
La estrategia oficial mira hacia octubre. “Ahí está puesto el horizonte del Gobierno. Todas las fichas están puestas en un descenso marcado de la inflación que permita recomponer ingresos. Por ahora, eso no se está viendo. Los precios se estabilizan, pero los ingresos no crecen”, dijo.
Sin recuperación del empleo y con consumo deprimido, advierte que será inevitable un giro. “Posteriormente, necesariamente el Gobierno va a tener que implementar alguna medida que busque crecimiento económico. Porque si no, socialmente, dos años consecutivos de ajuste van a ser difíciles de manejar políticamente.”
Sobre la sostenibilidad del dólar oficial, Rolandi subrayó la necesidad de acceder al financiamiento externo. “El objetivo es llegar al mercado internacional con una buena elección en octubre, bajar el riesgo país y acceder a dólares. En el medio, el riesgo es cualquier sobresalto internacional, como los conflictos en Medio Oriente o la política comercial de Estados Unidos, que pueden generar volatilidad y afectar el tipo de cambio.”