La jornada del pasado miércoles quedará grabada en la memoria de la comunidad académica de la UTN Santa Fe. Allí, Bruno Rodríguez, un joven ciego de la ciudad, recibió su título de Ingeniero en Sistemas de Información, convirtiéndose en el primer graduado con discapacidad visual en obtener ese reconocimiento en la institución.
La historia de Bruno Rodríguez, el santafesino que se convirtió en el primer ingeniero ciego recibido en la UTN
Logró graduarse como Ingeniero en Sistemas de Información tras 10 años de estudio. Su historia constituye un hito en la Universidad Tecnológica Nacional Regional Santa Fe y un ejemplo de perseverancia y accesibilidad en la educación superior
La historia de Bruno Rodríguez, el santafesino que se convirtió en el primer ingeniero ciego recibido en la UTN
El logro representa mucho más que un título universitario: es el reflejo de un camino de esfuerzo personal, de acompañamiento familiar y de compromiso institucional para avanzar en inclusión y accesibilidad educativa.
“Lo principal fue la constancia”
En diálogo con LT10, Bruno expresó su enorme alegría por alcanzar un objetivo que demandó una década de trabajo: “Hubo momentos difíciles, pero la clave fue la constancia. Siempre hubo predisposición de los profesores y de mis compañeros para adaptar los contenidos. El desafío era doble: que yo pudiera estudiar y hacer mis trabajos, y que los docentes pudieran interpretarlos”.
El joven recordó sus inicios educativos en la Escuela especial Manzitti y en la secundaria de Nuestra Señora de Lourdes, donde adquirió herramientas fundamentales para luego afrontar la exigencia de la universidad. El apoyo de su familia —su madre y su hermano— también fue decisivo.
Desafíos y soluciones
El ingreso a la UTN en 2015 abrió un nuevo capítulo en su vida. Rodríguez explicó que muchas materias requerían adaptaciones específicas: en dibujo técnico, recurrieron a maquetas tridimensionales para comprender vistas y representaciones, para las materias de sistemas, utilizó herramientas digitales en pseudocódigo que generaban gráficos comprensibles tanto para él como para los docentes y los textos se accedían principalmente en PDF compatibles con lectores de pantalla, o bien mediante bibliotecas digitales especializadas en material accesible para personas con discapacidad visual.
“Siempre se buscó una manera de resolver los obstáculos. Había momentos en que parecía imposible, pero entre compañeros, docentes y el área de accesibilidad, encontrábamos alternativas”, explicó.
Un ejemplo que abre camino
Con humildad, Bruno evita verse como un pionero, aunque reconoce que su graduación abre puertas para otros jóvenes con discapacidad visual.
“No sé si lo veo como haber abierto un camino. Simplemente me interesó saber qué había detrás de un sistema, cómo funcionaba el lector de pantalla en la computadora, y descubrí la programación. Pero creo que cada vez habrá más herramientas que permitirán que más personas con discapacidad puedan estudiar carreras de ciencias duras”, afirmó.
Durante los 10 años de carrera, hubo momentos de cansancio y dudas, pero Bruno siempre encontró motivación: “Hubo materias que se complicaban mucho, pero siempre había una manera de seguir adelante”.
Un mensaje de inclusión y futuro
El caso de Rodríguez es también un llamado de atención sobre la importancia de garantizar la accesibilidad en las universidades argentinas. La UTN Santa Fe, a través de su área de psicopedagogía y accesibilidad, trabajó en conjunto con docentes y especialistas para derribar barreras que hasta hace poco parecían inquebrantables.
Hoy, Bruno celebra su título con la mirada puesta en el futuro: “Estoy convencido de que esto va a ser cada vez más visible y que hay un camino abierto para que muchos más puedan lograrlo”.